El sello “Argentina Sostenible” surgió luego de que la COVIAR definiera a la sostenibilidad como uno de los ejes de desarrollo de la vitivinicultura en su proyección al 2030. En pos de esto, y junto con la Universidad Nacional de Cuyo, desarrolló una nueva herramienta de gestión con el fin de apoyar a toda la cadena productiva en la incorporación y desarrollo de la sostenibilidad económica, ambiental y social de toda la actividad vitivinícola.
La sostenibilidad es uno de los pilares de Bodega Santa Julia, ya que desde sus inicios ha trabajado en armonía con el medioambiente y sirviendo a la comunidad. “Bajo el lema NO NOS DA LO MISMO se articula toda nuestra filosofía de trabajo. De allí que hayamos visto como algo natural haber alcanzado esta certificación que nos alinea con los ejes centrales del Plan Estratégico Vitivinícola (PEVI) 2030, que promueve el desarrollo de una vitivinicultura sostenible en el país”, sostiene Julia Zuccardi, responsable del área de Turismo y Hospitalidad, y tercera generación de una familia que considera el compromiso social y productivo como parte de su filosofía empresarial.
Viñedo Orgánico. Finca Maipú
Santa Julia cuenta con 400 hectáreas certificadas como viñedos orgánicos, produce 10.000 toneladas de compost por año, y desde hace más de 53 años apuesta al desarrollo local. En sus fincas de Santa Rosa y Maipú ha puesto en marcha talleres de costura para las esposas de los trabajadores, jardines maternales para hijos e hijas de colaboradores y niños y niñas provenientes de las localidades cercanas, programas de finalización de la educación técnica secundaria, y centros culturales y deportivos abiertos a la comunidad.
Argentina Sostenible cuenta con el aval y reconocimiento de la Organización Internacional de la Vid y el Vino (OIV), y se funda en los cinco “Principios generales de sostenibilidad” que estableció esta entidad en 2016, para la promoción y desarrollo de una vitivinicultura sostenible a nivel mundial.
Si bien toma en cuenta las condiciones técnicas, éticas y culturales de las actividades vitivinícolas en el contexto argentino, con sus impactos sociales y ambientales, también se basa en diferentes indicadores, que se vinculan con la Agenda 2030 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Se caracteriza por ser una herramienta:
- Flexible: se adapta a todo tipo y tamaño de organización.
- Integral: incorpora protocolos para la autoevaluación y certificación de aspectos no sólo ambientales sino también sociales, culturales y éticos.
- Superadora: considera estándares internacionales relacionados a cada contexto vitivinícola de nuestro país.