En 2020, con pandemia en contra, abrió en Valle de Uco Finca del Nunca Jamás. Se trata de una bodega de viticultores boutique que hace foco en la excelencia y cuyos vinos se elaboran a partir de uvas que crecen en suelos certificados como orgánicos.
La novedad es que dos de los vinos de esta bodega, situada en Colonia Las Rosas, Tunuyán, fueron reconocidos una vez más por la crítica internacional y por tercer año consecutivo. En este caso la distinción fue otorgada por el reconocido crítico inglés Tim Atkin, en su degustación 2023 en Argentina.
Los premiados fueron la innovadora etiqueta “Etcétera Chardonnay 2022”, calificada con 90 puntos y, por segunda vez, “Capítulo II Malbec - Cabernet Franc” con su nueva cosecha 2021, al que calificó con 91 puntos.
Respecto a la línea Etcétera, que es la más innovadora de la bodega, hay que apuntar que ofrece un abanico de ediciones limitadas que “sorprenden por su particular varietal, su manejo del viñedo experimental y su método de elaboración diferencial”.
“Haber obtenido 90 puntos con Tim Atkin en un vino blanco como nuestro Chardonnay 2022, nos pone muy orgullosos. Este vino proviene de vides muy viejas de una finca que perteneció a mi abuelo, Francisco Hinojosa. Para mí esta premiación es un reconocimiento a él, que fue uno de los grandes viticultores del Valle de Uco”, destacó Diego Stortini, propietario de Finca del Nunca Jamás.
Él, junto a la también propietaria Caroline Loock, reflexionan acerca de que la bodega que hoy es premiada internacionalmente, nació en un momento muy complejo de la viticultura Argentina pero logró forjarse camino gracias a las convicciones de ambos. Que, a su vez, están acompañados de un experto equipo técnico, liderado por el joven Enólogo y Jefe de Producción de la Bodega, Alberto Sorbi.
Con la experiencia de cuatro generaciones de viticultores del Valle de Uco, la impronta de la empresa familiar y la apuesta a los viñedos propios, Finca del Nunca Jamás busca ser una opción para los nuevos consumidores. Que son aquellos amantes del vino que quieren vivir experiencias y premian la diferencia de calidad que se puede lograr en bodegas pequeñas altamente tecnificadas.
“Estos reconocimientos se agradecen y disfrutan. Ser premiados por expertos del vino a nivel mundial, como lo es Tim Atkin; es un gran logro. Pero también, el hecho de compartir lo que hacemos con los enófilos del país. Hablar de nuestra tierra y de nuestra pasión con cada uno, es un agasajo al alma luego de tanto esfuerzo y todos los puntos de vista nos enriquecen”, subrayó Stortini, que recientemente participó con sus vinos en una feria en Córdoba.
La bodega, que tiene un fuerte compromiso agroecológico y está orientada al enoturismo, la gastronomía y la hotelería (con su hotel boutique y restaurante Postales del Nunca Jamás), produce actualmente 75.000 botellas anuales. Sus vinos se distribuyen en Argentina y, de a poco, están comenzando también a exportarse.
“Hay un gran trabajo de equipo detrás de cada botella. Diseñamos nuestros vinos desde el mismo viñedo, con una planificación agrícola muy minuciosa que está enfocada en lograr productos excepcionales. Allí, el reconocimiento es para nuestros técnicos; el Ingeniero Pablo Caparrós y el Enólogo Alberto Sorbi”, agregó el empresario tunuyanino.
Expansión y mayor producción, entre los objetivos a corto plazo
Asimismo, desde Finca del Nunca Jamás, adelantaron que como consecuencia del crecimiento en los primeros años de trabajo, la bodega tiene programada la segunda etapa de ampliación para este 2023. Se trata de la construcción de una nueva nave para el fraccionamiento y conservación de sus vinos.
“El objetivo es poder producir 250.000 botellas a partir de la cosecha 2024. Siempre con el eje en ofrecer excelentes calidades y manteniendo la diversidad de productos que nos caracterizan”, contó Stortini.
Es que, efectivamente, en sólo tres años Finca del Nunca Jamás ya está vendiendo la totalidad de su producción. Por eso, estará duplicando su capacidad de fermentación y conservación en 2023 para alcanzar los 200.000 litros, con la ampliación del edificio y la inversión en tanques de acero inoxidable, barricas y huevos de cemento.
Esta impronta de crecimiento, reside en la filosofía del lugar. Para estos emprendedores de Valle de Uco, uno de los ingredientes clave de la calidad es el tiempo: el tiempo que se dedica en la viña, el de conservación y evolución en la bodega, que hace la diferencia que se ve reflejada en sus vinos y en los avances continuos año tras año.