Previo a la reunión, el mercado descontaba con una probabilidad de más del 70% un sendero de recortes agresivo: se proyectaban tres reducciones consecutivas en lo que resta de 2025 y existía una probabilidad cercana al 45% de un recorte adicional en la primera reunión de 2026. Estas expectativas respondían a los últimos datos de empleo, que mostraron una creación de puestos muy por debajo de lo previsto y un incremento de la tasa de desempleo respecto al mes anterior.
En contraste, la inflación sorprendió al alza: el IPC registró un aumento del 0,4% mensual, acumulando un 2,9% interanual. Este nivel no solo supera la meta de largo plazo del 2%, sino que también implica una aceleración respecto a meses previos. La combinación de inflación más elevada y un mercado laboral en deterioro colocaba a la Fed en una posición compleja.
A pesar de este dilema, el Comité optó por retomar el ciclo de recortes que había iniciado en septiembre de 2024. La mediana de las proyecciones de los miembros ubica la tasa de referencia en 3,6% hacia fines de 2025, con un sendero descendente hasta converger en torno al 3,0% en el largo plazo (2028). No obstante, debemos mencionar que, en conferencia de prensa, Jerome Powell señaló que esta medida no implica necesariamente que la Fed se esté embarcando en un nuevo ciclo de baja de tasas.