Empleo en Mendoza: las mujeres son las más castigadas por la pandemia y en 7 de cada 10 casas hacen de maestras de sus hijos

(Por Patricia Losada) La pandemia acentúo las desigualdades de género, perjudicando a la mujer en el sector laboral y recargando sus tareas de cuidado y tareas en el hogar. Lo indica un informe del Centro de Investigación Social de Mendoza (CISME), denominado “Las mujeres trabajadoras, las más castigadas de la pandemia”.
 

La pérdida de ingresos económicos, la mayor precarización del trabajo, sumado a una mayor sobrecarga de cuidados y actividades domésticas, son efectos provocados por la pandemia que recaen con fuerza en las mujeres, acentuando las desigualdades de género que ya existían. Así lo indica un informe del Centro de Investigación Social de Mendoza (CISME), denominado “Las mujeres trabajadoras, las más castigadas de la pandemia”.

Según el estudio, en Mendoza alrededor del 90% de las tareas domésticas y de cuidado (lavado y planchado de ropa, cocina de alimentos, limpieza, compras y trámites, cuidado de niños/as) son realizadas por ellas, sin importar si se trata de zonas urbanas o rurales. Es decir que las tareas del hogar son actividades altamente feminizadas, lo que duplica el esfuerzo de las mujeres pero no sus ingresos salariales, o sea, se trabaja más por igual o peor remuneración.

El informe destaca también que en varias de las actividades consideradas esenciales (servicios sociales, enseñanza y salud) hay una primacía de mujeres por sobre varones. Así en la provincia el 69% de los proyectos de economía social y solidaria están impulsados exclusivamente por ellas. Sin embargo, el mundo del trabajo mantiene la histórica brecha salarial entre mujeres y varones. En el sector privado, el índice alcanza el 29% a favor de los hombres, con diferencias en la remuneración promedio que supera los $ 15.000 entre unos y otras.

Según el estudio hay otras dimensiones de la desigualdad entre varones y mujeres manifestadas en el mundo del trabajo. Entre ellas menciona el llamado “techo de cristal”, que son aquellas barreras invisibles que impiden que las mujeres asciendan a puestos jerárquicos y de decisión en empresas, organismos públicos, sindicatos, etc. También destaca el denominado “piso pegajoso”, que impide a las mujeres “despegar, desvincularse de las tareas domésticas y de cuidado”.

Una situación desfavorable que ya es estructural
“La pandemia viene a acentuar esta feminización de la pobreza. Un estudio del Indec indicó que en el último trimestre de este año las mujeres representamos un 12% de la desocupación frente a un 8% de varones y esto se relacionado con la situación de pandemia que vivimos”, explicó Mariana Santander, secretaria de Género e Igualdad de Oportunidades de CTA, y una de autoras del informe de CISME.

Los casos de emprendedoras y docentes
La especialista afirmó que la situación de desocupación ya es estructural. “En el contexto actual las mujeres han sido las más afectadas laboralmente ya que en muchos casos como la economía popular, no han podido continuar generando ingresos propios. Es el caso de muchas pequeñas emprendedoras, artesanas, productoras de servicio, entre otras”.

También mencionó a las docentes, que si bien no perdieron su fuente laboral, representan un sector que desde que comenzó la cuarentena se han visto sobrecargadas de trabajo, “conectadas todo el tiempo a la computadora, además de atender sus tareas propias de la casa y muchas la de sus hijos”.  

Precisamente, en este sentido el informe señala que a la hora del apoyo para realizar los deberes escolares de los hijos e hijas, en el 68% de los casos consultados, las madres se encargan de la situación, y sólo el 16% son padres los que ayudan. El restante 16 % se comparte entre ambos. Las diferencias son aún mayores cuando se trata de hogares de menores ingresos. Allí la función recae en un 76% en las madres, mientras que la presencia de los padres es sólo del 10%, dice el estudio.

Mariana Santander explicó que el objetivo del estudio es visibilizar la situación de las mujeres  y se tome conciencia que las tareas de cuidado y domésticas tienen un valor real que no se reconoce. “Hay una necesidad de tener políticas públicas que reconozcan esta situación y que generen las condiciones necesarias para modificarlas. Por ejemplo que se abran más de centros de atención a adultos y jóvenes para aliviar las tareas de cuidado, que hayan más espacios de capacitación para lograr una independencia económica, entre otras cosas”.

La desigualdad tiene números

  • En Mendoza, el 40% de los hogares está a cargo de mujeres, según las proyecciones de población del Indec son aproximadamente 228.000 hogares en el año 2020.
  • En el 4to trimestre de 2019, la desocupación en Argentina llegó al 8,9% mientras que en el Gran Mendoza las mujeres alcanzaron una desocupación del 10,8% y los varones del 4,3%, siendo las mujeres jóvenes (hasta 29 años) las más desocupadas (15,9%). Si se compara con el mismo periodo de 2018, las mujeres tenían 7,4% de desocupación y los varones un 4,7%.
  • Según la CEPAL (2020), las medidas de aislamiento influyeron en un aumento de casos de violencia de género.
  • Según el Ministerio de Trabajo y Producción (2018), en Argentina, dentro de la masa de trabajadores registrados del sector privado, cada 3 mujeres hay 7 varones. La tasa de feminización llegó al 33% del total de trabajadores, esto significa un crecimiento del 5% desde 1995.
  • En el 4to trimestre de 2019, en Argentina, en los estratos de menores ingresos hay más cantidad de mujeres que de varones: en el 40% más pobre de la población total, la cantidad de mujeres supera el 60%, mientras que en el 40% más rico la relación se invierte y el 60% son varones.
  • En Mendoza, la última información disponible de la DEIE, en base a la Encuesta de Condiciones de Vida (2018), indica que la brecha de género en ingresos ronda el 24% a favor de los varones. La diferencia es mayor en zonas urbanas (25,3%) que rurales (23%).
  • Hay una gran cantidad de mujeres que están al frente de organizaciones comunitarias como merenderos, comedores y de emprendimientos de la economía popular de Mendoza, donde también son mayoría.

Fuente: CISME (Centro de Investigación Social de Mendoza).

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