Es un blend de Malbec, Cabernet Franc y un toque de Syrah. De aromas intensos, con buena frescura y con gran persistencia en boca. Un gran exponente de calidad internacional, fiel reflejo del potencial de la zona y su particular terroir único. Posee una crianza de 18 meses en barricas de primer y segundo uso. Es un vino para acompañar toda clase de preparaciones bien especiadas, asado, quesos más bien maduros y pastas con salsas de gran intensidad.
Bodega Vinos de Potrero elabora sus reconocidas etiquetas desde el año 2008, todas nacidas en Gualtallary, corazón del Valle de Uco, en la provincia de Mendoza. Allí, con la vara bien en alto, produce partidas limitadas de vinos que han alcanzado un nivel de calidad superlativa en sus diferentes segmentos de precio.
Al frente de este prometedor proyecto se encuentran Belén Soler Valle, manager y co-fundadora, junto a su marido, Nicolás Burdisso, ex futbolista, quienes trabajan en conjunto con un talentoso equipo donde brillan el enólogo Bernardo Bossi Bonilla junto al ingeniero agrónomo Marcelo Canatella, dos importantes referentes en la escena vitivinícola mendocina.
“El Debut es el vino más especial para todos los que hacemos Vinos de Potrero porque fue el primer vino que pensamos, el que dio nacimiento a todo el proyecto, el que nos hizo poder pensar a que podíamos elaborar nuestros propios vinos y tener nuestra propia bodega. Un gran sueño hecho realidad”, comenta Nicolás Burdisso.
“Cada vino es único y tiene sus propias características. Este particularmente es el que más nos conmueve y el que más sensaciones nos hace encontrar. Al beberlo nos transporta en el tiempo, llevándonos a recordar cuando comenzamos con toda esta hermosa aventura. Es sin dudas la etiqueta que nos ofrece la mayor complejidad y que cada año que decidimos elaborarla nos ofrece un renovado desafío para lograr convertir la calidad de sus uvas en un vino excepcional, tan recordable y expresivo como el primero”, completa Burdisso.
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