Durante tres días —del 11 al 13 de junio— delegaciones de Brasil, México, Uruguay, Chile, Mar del Plata, el País Vasco y otros territorios iberoamericanos confluyeron en la capital mendocina con el objetivo de consolidar una comunidad de regiones pioneras en desarrollo sostenible, cooperación interregional y comercio de impacto.
El evento fue impulsado por RITA (Regional Impact Trade Alliance), una red que promueve un nuevo modelo comercial centrado en el impacto positivo: económico, social y ambiental. El encuentro no solo representó un punto de partida para una red que crece, sino que posicionó a Mendoza como sede fundadora de esta alianza internacional gracias a su trayectoria en políticas públicas, innovación y compromiso con la sostenibilidad.
Un espacio para el diálogo y la acción
La apertura del evento, en la emblemática Mansión Stoppel, reunió a referentes institucionales, empresariales, académicos y sociales. Más allá de los discursos protocolares, lo que predominó fue un ambiente de intercambio genuino, marcado por el interés común de generar respuestas concretas frente al cambio climático, la desigualdad y la necesidad de modelos productivos más justos y resilientes.
Uno de los momentos destacados fue la presentación de las regiones participantes, seguida por diálogos intersectoriales sobre desafíos compartidos: cómo repensar el comercio desde una lógica de impacto, cómo crear alianzas duraderas entre territorios, cómo escalar soluciones locales con visión global.
“El encuentro fue una invitación a pensar juntos, pero también a accionar juntos”, señalaron desde la organización. La idea de comunidad —territorial, empresarial y humana— atravesó todas las intervenciones, dejando en claro que los cambios necesarios solo se logran si se construyen en red.
Una ciudad que se proyecta desde lo local hacia lo global
La elección de Mendoza como sede no fue casual. La ciudad lleva años trabajando en políticas que integran sustentabilidad, innovación y participación ciudadana. También ha sido pionera en el impulso a empresas de triple impacto, acompañando el crecimiento de compañías B y promoviendo modelos económicos que priorizan el bienestar colectivo.
Durante el encuentro, también se destacó el rol de instituciones como ProMendoza y la Universidad Nacional de Cuyo, actores clave en la articulación entre el sector productivo, la academia y las políticas de desarrollo regional.
Cultura y sensibilidad para cerrar la jornada
Como parte de la propuesta cultural del evento, los asistentes participaron de una visita guiada a la exposición “El centro es rojo”, de la artista mendocina Vivian Magis, actualmente en exhibición en la misma Mansión Stoppel. La curadora Marcela Furlani ofreció una lectura sensible y profunda sobre el universo visual de Magis, conectando el arte con el pulso social y ambiental del territorio.
Un encuentro, muchos caminos posibles
El Primer Encuentro Iberoamericano de Regiones y Comercio de Impacto dejó algo más que contactos y reflexiones: sembró vínculos y abrió caminos para que territorios muy distintos entre sí puedan compartir herramientas, experiencias y miradas. En tiempos de incertidumbre global, estos espacios de construcción colaborativa son una bocanada de aire fresco.
Mendoza, como anfitriona, mostró una vez más su capacidad para ser punto de encuentro de ideas transformadoras, con una mirada que combina lo local con lo global y pone en valor el desarrollo con propósito. El desafío ahora es seguir haciendo camino —desde cada región— para que el impacto positivo sea la norma, y no la excepción.