Los hábitos de comportamiento y gustos de los consumidores varían y, en los últimos años, estos han mostrado un marcado gusto e interés por productos y servicios más responsables, es decir, aquellos que tengan en cuenta factores tales como el cuidado al medioambiente, la sustentabilidad, la vuelta a lo natural y hasta el cuidado de animales.
Bajo estos parámetros, han sido muchas las industrias que detectaron estos cambios y decidieron acompañarlos lanzando al mercado ofertas más naturales y menos nocivas para el consumo. Y en esta línea, la cosmética ha sido una de las más activas al momento de apostar por este cambio.
Según un informe de Grand View Research, se espera que el mercado mundial de cuidado personal orgánico supere los US$ 25.000 millones para 2025 y teniendo en cuenta que según un estudio de Picodi.com efectuado en 44 países destinado a conocer las tendencias y hábitos con productos de belleza en el mundo y también en Argentina, arrojó que solo en nuestro país, las mujeres gastan en promedio anualmente 236 dólares en productos para la belleza, mientras que en los hombres, el gasto anual promedio asciende a US$ 113, es válido darse cuenta las razones por las cuales ya son cada vez más frecuentes productos con insumos naturales -sobre todo a base de plantas-, sin parabenos ni productos químicos, no testeados en animales y que ofrecen lograr resultados de forma no invasiva.
En este sentido, Ecocert, una de las organizaciones de certificación orgánica más grandes del mundo, fundada en Francia en 1991, para que un producto reciba el sello de cosmética natural debe contener “al menos un 95% de ingredientes naturales y un 5% de ingredientes orgánicos”. Para ser orgánico, debe tener “al menos el 95% de materias primas certificadas orgánicas en relación con la cantidad total de materias primas naturales utilizadas en la formulación”.
Los componentes más conocidos como base de los productos naturales son los aceites vegetales, aceites esenciales, mantecas, extractos naturales de plantas, entre otros.
Bienestar y consumo ‘consciente’
Desde hace unos años, y con su experiencia como especialista en la piel, Eugenia Grigera lanzó su marca de productos en Buenos Aires, desembarcando también en Mendoza.
“Buscamos diseñar una línea para que cada persona encuentre su rutina ideal con la recomendación de una profesional. Cada ingrediente es elegido con especial cuidado para que actúen en forma activa y efectiva sobre la piel, consiguiendo los mismos resultados que algunos tratamientos médicos, sin llegar a ser invasivo. Además, cada ingrediente está formulado sin sustancias nocivas y no están testeados en animales. Son productos que llevan una acción terapéutica especial, con menor cantidad de conservantes que las marcas industriales”, señala desde Buenos Aires a InfoMendoza la experta.
Hoy, su línea de cosmecéutica se comercializa en un local en el corazón de Las Cañitas en CABA y además, a través de una tienda online, desde la cual realiza envíos a todo el país y la que cuenta con un plus como es tener una plataforma dentro de la tienda, donde los clientes pueden acceder a una sesión virtual de asesoramiento personalizado.
Así, la búsqueda por el bienestar y el de mayores productos saludables para el cuerpo -y entre ellos, los estéticos-, es una constante en estos hábitos de compra de los consumidores y, más aún en los tiempos de pandemia en los que muchos comenzaron a conocer sobre los beneficios de estos productos.
Temas como el ambiental a la hora de decidir una compra, el haber dejado de comprar productos porque no respetan el medioambiente, la búsqueda de productos "sustentables", "orgánicos" y "eco-friendly", entre muchos, figuran dentro de las categorías de estudios sobre las preferencias de consumo a nivel mundial y marcan un claro crecimiento.
Y ¿qué sucede en Mendoza?
La jarilla dejó de representar solo a la flora autóctona mendocina para pasar a ser uno de los insumos esenciales de la línea de cosmética natural Sattva Energía Vital (Instagram: sattva_energia_vital).
Con un poco más de dos años en el mercado, y de la mano de la joven emprendedora local Gabriela Scalabroni, la marca ha buscado dar respuestas a la demanda de este mercado cada vez más abocado por su bienestar natural.
“Siempre me atrajo conocer sobre las plantas y sus beneficios, los aceites y las recetas para cuidar mi piel, soy la clásica que tiene frascos con yuyos y los combino para hacer tisanas o en el mate. Fue así que en el 2018, estaba en un momento de cambio profesional y fue allí en donde decidí lanzarme como emprendedora dándole vida a este proyecto que llevaba unos años en mi cabeza. Sobre todo ya que Mendoza cuenta con una variedad interesante de productos naturales. Hay muy buena materia prima y personas que se dedican con pasión a la elaboración. Y yo quería sumarme y darle mi toque a este concepto de crear y cuidar nuestra piel desde la conciencia y el respeto al entorno (la tierra y los animales) y a nosotros mismos”, señala Scalabroni.
En este sentido, la línea de cosmética natural que ofrece Sattva Energía Vital se centra más que en una moda, en un ‘estilo de vida que llegó para instalarse y en el día a día más personas se van sumando’.
“Son productos sanos en donde cada uno de los ingredientes aportan beneficios para la piel y el alma. Me encanta la aromaterapia y busco que genere ese estado de bienestar por ejemplo: si utilizo un aceite esencial de naranja al sentir su aroma, nos saca una sonrisa porque estimula la alegría pero sirve además para la celulitis, la circulación, entre otros aspectos. Además, en cada momento de elaboración, generó un ambiente único para que el proceso tenga una energía alta, les hago reiki al finalizar el proceso. Trabajo con materia prima de muy buena calidad y combinó la fitoterapia, aromaterapia y ayurveda. Busco combinar lo mejor de cada técnica”, comenta la emprendedora.
Otro beneficio que ofrece este tipo de cosmetología más natural son sus precios los que en comparación con marcas tradicionales e industrializadas, no se disparan pudiendo ser accesibles al bolsillo.