Desde hace más de un año y medio, la vida de las personas cambió por completo tras la llegada del COVID-19. Familia, vínculos y trabajo se vieron afectados a esta nueva realidad en donde la tecnología cobró mayor relevancia mediante las cientos de apps y plataformas que colaboraron al empleo de la virtualidad en el día a día de las personas.
Y finalmente, llegó el mes de julio y con él, la mitad de un largo e intenso año en el que muchos comienzan a ver la forma en la que encarar los próximos meses del 2021. Pero, ¿es posible hacer una proyección y planificar en un contexto tan cambiante como el que ahora se vive?
Según señala Cecilia Rodríguez Casey, licenciada en Psicología y directora de la consultora Rodríguez Casey & Asociados, planificar es una necesidad y una tarea imprescindible. “Desde marzo del 2020, hemos aprendido que no hay certezas, que las variables cambian todos los días y nos cuesta mucho más planear porque hacer planes sobre lo que no sabemos cómo continuará es como andar a ciegas. Aun así, las empresas, los líderes y las personas resilientes, flexibles, abiertas al cambio y optimistas pueden y deben hacer planes para que alguna meta se concrete, para encontrar como seguir y transmitir esperanza, ideas y creatividad hacia adentro y hacia afuera de las organizaciones”. Y añade: “ Barajar y dar de nuevo en muchos casos será el camino, replanteando objetivos y hasta el negocio en su definición, visión y estructura. Intentar perder lo menos posible y diseñar más estrategias de supervivencia será la forma de afrontar que adopten otras empresas golpeadas por la pandemia. Sea cual fuese el camino, se debe planificar pensando escenarios posibles, nuevos nichos, desarrollando nuevas competencias en forma acelerada, siendo ágiles en nuestra forma de aprender y reaccionar”, afirma la especialista.
Planificando el segundo semestre
Ahora bien, ¿cómo planificar los próximos seis meses y ‘no morir en el intento’? Y es que en el nuevo escenario, la incertidumbre es una constante en la vida de personas, empresas y organizaciones las que deben aceptarla y aprender a vivir con ella. Así, para muchos, la segunda mitad del año será un momento para poder ir despegando de a poco, saliendo a flote o encontrando nuevos rumbos de negocio y personales, mientras que otros, buscarán afianzar oportunidades ya iniciadas o hasta animarse a encarar otra. “Aprender a convivir con la incertidumbre en un mundo complejo y en emergencia es el reto que debemos seguir asumiendo. Acostumbrarnos a que en muchos aspectos las certezas se terminaron nos dará la fortaleza de estar más preparados en próximas crisis, sabiendo que de un modo o de otro saldremos fortalecidos, aunque hoy no visualicemos esa perspectiva por estar en medio de la tormenta”, afirma la especialista.
Evitar caer en el síndrome ‘Burnout’
“Estoy quemado”, es una expresión que en esta época del año comienza a escucharse más de lo habitual. Y es lógico ya que desde que se desencadenó la Pandemia y con ella, los meses de confinamiento y los cambios en las dinámicas laborales tradicionales, las personas han vivido una sobrecarga de trabajo y obligaciones, las que en muchos casos, puedan llevar a que a esta altura del año, se conviertan en un disparador de tensiones. Surge así un término que ya en el 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) a los sentimientos conocidos como el síndrome de burnout o del “trabajador quemado”.
Hace poco más de un año, un relevamiento de la Universidad Siglo 21 registró un incremento del 5% en la cantidad de casos de síndrome de burnout en relación con el mismo período de 2019. Un 22% de los argentinos encuestados por el portal de empleos Bumeran señaló un agotamiento fuera de lo normal por la carga excesiva de trabajo. Paralelamente, el 44,5% de los empleados argentinos aseguraron no poder separar la rutina laboral de la vida personal en un contexto en el que ambas se llevan a cabo dentro del hogar.
¿Cómo detectarlo y superarlo?
Según los especialistas, es importante prestar atención a ciertas señales que podrían estar indicando estar pasando por este síndrome sobre todo, en esta época del año tales como agotamiento intenso tanto físico como mental, con una alta sensación de falta de energía, poca o nula motivación, baja autoestima, estado permanente de nerviosismo, dificultad para concentrarse y comportamientos agresivos.
A fin de poder ‘dar pelea’ a estas sensaciones, y prevenir enfermedades no deseables que surjan por estar atravesando este síndrome, es recomendable una buena alimentación, descanso adecuado, organizar de otra manera las obligaciones, hacer ejercicio, llevar una vida sociable y una terapia donde el paciente se sienta contenido y relajado.