Según datos de la filial Mendoza de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) la caída interanual septiembre 2019 a septiembre 2020 fue del 19%.
Por su parte desde la Cámara de Empresas Constructoras Independientes de Mendoza (CECIM) en coincidencia con datos del INDEC, en los momentos más duros de la pandemia se registró “una caída promedio del rubro en 2020 superior al 70%”.
Los datos duros sólo reflejan un panorama que se caracteriza por la incertidumbre y la cautela sobre el futuro cercano.
José Ángel Candeloro, titular de la CAC filial Mendoza, ante la consulta sobre la existencia de indicadores positivos de la actividad, afirmó que observa algún repunte “en la obra pública con el reinicio de obras paralizadas y con algunos llamados a licitación para obras nuevas”. Sin embargo, la situación les presenta un panorama incierto: “la pandemia hizo que los costos de la construcción crezcan, lo que hace más lenta la reactivación de la obra. Esperamos que pueda mantenerse la actividad futuro; y así seguir trabajando bajo los protocolos que dictan las normas de la Provincia”, finalizó.
Por su parte Gerardo Fernández, titular de la CECIM, hizo una distinción entre lo que ocurre con la obra pública y la privada: “La obra pública está funcionando entre un 10% a un 15% de la capacidad instalada. Y redunda en más de 10.000 puestos de trabajo registrados perdidos, y en empresas al borde del colapso. Además existe una canibalizacion en las pocas licitaciones que hay, con innumerable cantidad de oferentes, y por precios muchas veces “viles” por debajo de los costos netos de producción, poniendo en riesgo el cumplimiento de los contratos, y de alguna forma cuasi asegurando incumplimiento fiscales”.
En cuanto a la obra privada, agregó Fernández que “se calcula que está funcionando en un valor cercano al 40% de la media histórica. Siempre hablando de emprendimientos de tipo corporativos y de inversión privada para negocios”.
Para la CECIM los datos positivos sobre venta de materiales los atribuyen a las “remodelaciones, ampliaciones y mantenimiento de casas particulares” que fueron realizadas en muchos casos durante la pandemia y de manera informal, es decir, que “no se vio reflejado en los índices de empleo”.
Para llegar a una mejor situación, desde esta cámara aparecen reclamos que piden una mayor seguridad jurídica, en referencia a la ley de alquileres y resoluciones de la AFIP que impactan de “manera negativa en el mercado”. Solicitan también baja de la inflación, mejora del tipo de cambio y disipar las expectativas de devaluación, ya que los “posibles inversores se resguardan en el dólar y no invierten”; y por último reclaman un mayor acceso al crédito, ya que en la actualidad, sostienen, “son casi inexistentes”.