En diálogo con InfoMendoza, Bernardo Brugnoli, director ejecutivo de Junior Achievement Argentina, reflexionó sobre los desafíos de educar y motivar a los jóvenes en un contexto laboral cambiante, donde la incertidumbre y la sobreinformación conviven con nuevas oportunidades.
—Bernardo, emprender siendo joven no debe ser tarea fácil. ¿Cómo lo viven ustedes desde Junior Achievement?
—Emprender hoy es un desafío para todos, pero mucho más para los jóvenes. Desde Junior Achievement trabajamos sobre dos pilares: primero, que cada chico adopte una actitud emprendedora frente a su vida, que no espere a que las cosas pasen sino que salga a buscarlas. Y segundo, que lo haga a través del aprendizaje activo. Creemos que los jóvenes aprenden haciendo, probando, equivocándose y compartiendo experiencias con otros.
Hoy en el Foro tenemos más de 350 chicos de 24 escuelas que vienen a conocer a líderes y escuchar historias reales. Por ejemplo, Horacio Llovet contó cómo, viniendo de una familia humilde, pudo crecer y desarrollarse profesionalmente. Eso les muestra que el mundo es amplio y que hay oportunidades si uno se anima a salir de la rutina.
—Vivimos en un contexto económico difícil y los jóvenes muchas veces no saben hacia dónde dirigir sus esfuerzos. ¿Cómo los acompañan?
—Justamente ahí está nuestro rol: ofrecerles herramientas y experiencias que los ayuden a tomar decisiones informadas. Nueve de cada diez jóvenes hoy tienen dificultades para conseguir empleo. La tasa de desempleo juvenil triplica la general. Entonces, lo que hacemos es acercar el mundo laboral a las escuelas. Les mostramos qué habilidades demanda hoy el mercado, cómo presentarse a una entrevista, cómo construir un proyecto propio o incluso cómo fortalecer el negocio familiar.
—Mencionabas recién la sobreinformación. Los chicos acceden a todo, pero no siempre a lo que necesitan. ¿Cómo se los puede orientar?
—Totalmente. Hoy hay un exceso de información, pero falta criterio para usarla. Nosotros buscamos que los jóvenes puedan conocerse y entender qué los motiva. Muchas veces se sorprenden al descubrir que hay carreras que no conocían, o al hacer un test vocacional. Lo importante es que aprendan a decidir, sabiendo que ninguna elección es definitiva. Antes, elegir una carrera te marcaba para 40 años. Hoy el mundo cambió.
—Otro punto central del foro es la educación financiera. ¿Qué lugar ocupa hoy en la vida de los adolescentes?
—Un lugar clave. Según un estudio que hicimos junto a BBVA, nueve de cada diez chicos tienen una billetera digital. Tienen acceso a herramientas financieras que antes eran exclusivas de los adultos. Pero eso también trae riesgos. Por eso insistimos en que la educación financiera no es aprender a hacerse rico, sino a usar el dinero como una herramienta para cumplir objetivos.
Les enseñamos a definir metas: si querés ahorrar para algo a corto o largo plazo, eso cambia completamente tu manera de administrar. Ocho de cada diez jóvenes valoran el ahorro, pero muchos no saben cómo invertir. Ahí es donde la educación cumple un rol fundamental.
—¿Y cómo impactan estos aprendizajes en su futuro laboral?
—De manera directa. Muchos jóvenes llegan a una entrevista diciendo que no tienen experiencia, pero en realidad sí la tienen: lideraron un proyecto escolar, organizaron una actividad con amigos, participaron en un emprendimiento educativo. Lo que hacemos en Junior es ayudarlos a poner eso en valor. Que puedan decir: “yo hice una compañía en el colegio y vendimos tanto”. Esa vivencia es muy valiosa para el mundo laboral.
—En definitiva, ¿qué buscan despertar con estos foros?
—Buscamos que los jóvenes se conviertan en protagonistas de su propia vida. Que descubran lo que pueden lograr, que se animen a tomar decisiones, a conocerse, a confiar en ellos mismos. Cuando un chico sale del Foro diciendo “no sabía que podía hacer esto y lo hice”, sentimos que nuestro trabajo valió la pena.
El espíritu emprendedor se contagia
El Foro de Emprendedores de Cuyo cerró con entusiasmo y emoción. Entre dinámicas de team building, charlas inspiradoras y testimonios de quienes ya recorrieron el camino de emprender, los estudiantes vivieron una jornada pensada para motivar y desafiar. Como resumió Brugnoli: “Queremos que cada joven sepa que tiene la capacidad de cambiar su contexto. No se trata de esperar a que algo pase, sino de salir al mundo y hacerlo posible.”