Las campañas de promoción del vino argentino para el mercado interno han sido costosas e ineficientes

Francisco do Pico / Bodegas de Argentina

(Por Carla Luna) En el marco de la Fiesta Nacional de la Vendimia, referentes nacionales del mundo vitivinícola visitaron la provincia. Francisco do Pico, vicepresidente de Bodegas de Argentinatras la transmisión del audiovisual que ilustró la fiesta máxima de los mendocinos. 

-¿Cómo ha sido el año pandémico para la industria?

-Para el vino no fue un mal año. Fue un sector ganador relativo a muchos otros sectores que sufrieron la cuarentena en Argentina y en mundo. La gente estuvo en casa más tiempo y consumió más vino. Hubo un crecimiento en el consumo de Argentina entre el 5 y 10% depende del subsector que se trate. Ha sido positivo en términos de volumen, sin embargo en términos de rentabilidad fue difícil, porque hubo un  congelamiento de precios en Argentina que vino de la mano de cuarentena.- El Gobierno decretó un congelamiento de precios que se ha mantenido hasta diciembre.

Recientemente logramos que la categoría vinos quede deslistada de los precios máximos del Gobierno. Eso hacia adelante es positivo pero en 2020 fue una pérdida de rentabilidad que impactó principalmente en bodegas que venden vinos económicos. Este segmento se ve perjudicado porque ha vendido con rentabilidad negativa en gran parte del año pasado. Es que subieron mucho los costos, tanto de insumos secos como de la mano de obra y logística.

Es importante recordar que el 75% que se consume en Argentina es vino varietal económico. Con el trabajo que hemos hecho con Bodegas Argentina logramos salir de ese congelamiento y estamos en la etapa de administrar y consensuar precios para acomodarnos con más margen en la góndola del mercado interno. Eso ayudará para tener la cadena más equilibrada. El 2020 fue un gran año para los trasladistas que compran uva, la trasladan pero no lo fraccionan, pero es malo para productores porque tenían precios no actualizados a la inflación. 

-¿Cuál es la expectativa para este año?

- El 2021 parece que será un buen año para el productor, porque los precios de la uva han subido. Hay menos stock de vino disponible y la idea es recomponer la rentabilidad para las bodegas. El objetivo es subir precios con libertad para recomponer los márgenes que están comprometidos con el mercado interno. La exportación anduvo bien en el 2020 tanto en botella como a granel. Es lo que trae el 90% de las divisas.

El vino embotellado es 10 veces el valor del vino respecto del vino a granel. En este 2021 estará comprometida la situación de vinos a granel y vinos embotellados a precios económicos. Entramos en una  nueva cosecha, con menos stock, precios más altos de la uva y precios más altos del vino, por lo que vamos a perder competitividad en los segmentos bajos. Costará exportar vino económico, tanto en tetra como en botella. 

-¿Qué posición tiene Bodegas de  Argentina con respecto a la presentación del Plan Estratégico vitivinícola 2030 (PEVI2030) que se presentó en el marco de vendimia durante el desayuno de Coviar?

-Es un plan que no cuenta con el apoyo de Bodegas de Argentina y de muchas otras entidades,  tanto de bodegas como de trasladistas de distintas partes del país. Hace más de un año que estamos en conflicto con la “corporación” (COVIAR), en desacuerdo no sólo en la necesidad de lanzar un nuevo plan porque la situación primero de la cuarentena implica que debamos esperar para ver qué queda del mercado global hacia adelante. Hoy es una situación muy inestable, de desconocimiento a lo que viene. 

-¿Cuál es el conflicto con COVIAR?

-Nuestro punto de reclamo es que la Coviar se ha ocupado demasiado en la promoción del mercado interno, que no es algo que queramos desatender, pero la realidad es que ha sido ineficiente y malo en campañas genéricas de promoción del vino en Argentina. En  los últimos 15 años, la Coviar invirtió más de 6.000 millones de pesos en la contribución obligatoria en distintos programas, de la cual la mitad estuvo destinada a la promoción del vino del mercado interno. Quizás una de las campañas más costosas de marketing del vino y no tuvo resultados porque el consumo siguió cayendo. La Coviar nació con el propósito de promoción de vino argentino en mercado externo, no en el mercado argentino y la integración de productores, sin embargo en los últimos años, 2 mil productores han abandonado sus fincas. 

Hemos pedido cambios que hacen al funcionamiento de la corporación pero tiene una estructura inflexible y no se adapta a los cambios. De hecho nuevas entidades deberían estar representadas y no están. Hay un conflicto respecto a que si la corporación debe representar los intereses del sector o no. Una cosa es abocarse a un plan estratégico y otra cosa es representar a todo el sector, No estamos de acuerdo, las cámaras deberían representar los intereses de la industria o de la cadena en sus distintos eslabones.  No quiere decir que no queramos trabajar por eso la conformación de la mesa vitivinícola. 

-¿De qué se trata la Mesa vitivinícola?

-Hemos armado una mesa con toda la cadena para atender este tema estructural. No vamos en contra de la Coviar, aunque hemos querido introducir cambios para ayudar a estos problemas. Creemos que la mesa ayudará a generar un ámbito democrático, de discusión para atender los problemas estructurales, sobre todo la falta de mercados. En Argentina, ha sobrado vino los últimos 40 años. Ha habido intentos de solución pero no terminan de resolverse de fondo. 

Argentina tiene que agrandar la torta, la cual se achica cada año en el mercado interno y la exportación que es donde nuestro competidores  globales crecen, Argentina inició tarde en el 2000 y en el 2010 se estancó. Mientras tanto se ha duplicado la exportación global de vino. Hay que apuntar a la publicidad del vino argentino en el exterior y bajar aranceles en mercados claves como China, Corea, Japón, México y Europa.

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