La pandemia de coronavirus ha pegado duro a todos los sectores de la economía, pero se ha empecinado con los vinculados a la gastronomía y el turismo. Estos dos ámbitos, íntimamente vinculados al consumo de cervezas artesanales.
Fernando Guillot titular de la Cámara Mendocina de Cervecerías Artesanales y dueño de la fábrica Aldea Gala, comentó a InfoMendoza que “este año no se han hecho inversiones. Todo el dinero se usó para pagar sueldos y alquiler. Y el que tenía deudas tuvo que refinanciar”.
Antes de la pandemia la producción de una temporada registraba en promedio 150 mil litros mensuales con picos de 200 mil litros en fechas puntuales como Semana Santa, Día del Amigo, San Patricio, y similares. Esta información se desprende de las 30 fábricas que forman parte de la Cámara.
“No tenemos datos aún de la caída de la producción durante la pandemia, pero en marzo, abril y mayo no se vendieron barriles de cerveza”, agrega Guillot.
Teniendo en cuenta las fábricas habilitadas que cerraron los últimos meses, Guillot afirma que “no ha sido para alarmarse. Hay un par de fábricas que han cambiado de manos; a los dueños no les cerraban los números por un lado, y por otro, alguien quería empezar en el negocio y decidió comprar una funcionando”. Pero hace una diferencia entre los dueños de cervecerías que “tienen otra actividad y durante la pandemia suspenden la actividad cervecera para volver cuando reactive” y los que son dueños y tienen una actividad de tiempo completo. En “en esos casos, todos han tenido un freno importante”.
Y en pleno inicio de la segunda ola de COVID-19 las medidas recientemente anunciadas por los Gobiernos Nacional y Provincial no permiten esperanzas de repunte.
En ese sentido Martín Bessega, propietario del bar Tridenta y de las marcas Kroizel y Sin Prisa, se muestra disconforme, al igual que muchos gastronómicos, con la ejecución de las nuevas medidas. “Somos un sector que cumple los protocolos a rajatabla, no somos nosotros justamente los lugares a cerrar. Hay fiestas y diversión nocturna no controlada por el Gobierno”, asegura.
Ante esta situación de incertidumbre, las fábricas tratarán de mantener sus ventas y continuar, las que puedan hacerlo, con la venta delivery de botellas y latas, una modalidad que se inició con la pandemia. En ese sentido desde la Cámara aseguran que se trata más de un paliativo que una solución. “El 90 % de las ventas son en barriles, pero muchos han acudido a la venta en vidrio y latas. El envase encarece el producto y complejiza el negocio” aseguran.
Desde la institución también seguirán tramitando ayudas gubernamentales. “Para los que están en blanco, el Gobierno aportó para pagar sueldos. También hay programas que permiten tomar jóvenes con el secundario finalizado y ellos se hacen cargo del sueldo por 6 meses. Y ahora estamos intentando que la Provincia nos incorpore en el financiamiento de una parte de la tarifa eléctrica; si bien no somos grandes consumidores de energía, ese tipo de ayuda nos sirve para aliviar la situación” aseguran.