Este 2020 ya fue tachado del calendario. Con su cuota de angustia y gravedad, sin embargo, parece haber dejado unos pocos momentos de disfrute. Entre ellos, el buen vino fue un gran compañero puertas adentro aún cuando sumamos muchas calorías en el vino.
Pero si de gravedad se trata, hoy la balanza se empeña en señalar que el cancelado 2020 también dejó una estela de algunos (para algunos incluso varios) kilos de más. Y ahora se impone la dieta y es hora de contar las calorías en el vino. ¿Ahora? ¿De verdad? ¿Justo que esto empezaba a ponerse lindo?
Así las cosas, con la misma lapicera con la que le hiciste una X al 2020, o contabas los días como los presos, ahora tachás de la lista los principales causales de la nueva marca que estableció el cinturón. Están los prescindibles y los irrenunciables. Para un vinómano, entre los últimos siempre estarán las buenas copas.
Así es que en plan ajuste de cuentas con la balanza acusatoria, entre el fiscal que instruye la dieta y el juez que sentencia la pena, nos pusimos a ver qué podíamos condonar en este nuevo cerrar de bocas que se avecina. Calorías en el vino es posible, pero sin resignar unas buenas copas, las imprescindibles.
Para eso hay que saber un par de cosas.
83 calorías en el vino
Bien mirado, las calorías en el vino no son tantas como parece. El asunto está en la cantidad que bebamos. Si usaste el hashtag #chupandemia en estos meses de encierro, ya sabés dónde tenés que empezar.
Puestos a resignar un poco del placer y la indulgencia cotidiana de este 2020, hay que saber que un espumoso seco, del tipo Nature o Brut Nature, por ejemplo, aporta unas 70 calorías por cada copa (100ml). Algo parecido a un alfajor de arroz o a un durazno y medio.
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