El aumento acumulado de las prepagas para el 2022 llega al 90% en octubre

Las cuotas mensuales de las empresas que prestan servicios de salud en el ámbito privado han sufrido variaciones significativas entre el año 2019 a la fecha, ocasionadas por los cambios económicos e inflacionarios producidos en nuestro país potenciadas por el advenimiento de la pandemia por COVID-19.

El incremento año a año de las prepagas

Entre el año 2019 hasta agosto de este año, el aumento total sufrido en las cuotas mensuales de los servicios de salud privados, abonadas por sus asociados, ha sido de un 343,9%, calculado en base a las Resoluciones provenientes del Ministerio de Salud de la Nación, quien autorizara los aumentos efectuados. 

Así, en el año 2019 hubo 8 incrementos, totalizando un aumento anual del 62%. Por otro lado, en el año 2020, a raíz de la pandemia y de la emergencia sanitaria declarada en el país, se mantuvo en una meseta la cuota mensual, y recién en diciembre de dicho año subió un 10%. 

El aumento anual durante el 2020 pareciera ser irrisorio, ya que mientras antes de la pandemia las variaciones en las cuotas de las prepagas eran mayores a la inflación anual; durante el 2020 fueron de 26.1 puntos porcentuales (p.p) menor. 

Por este motivo, en 2021 el precio de las prepagas se acrecentó, para tratar de compensar “lo perdido” y se estableció un incremento gradual en 6 tramos, lo que acumuló en el año un 47,8%; prácticamente igualando a lo que iba a ser la inflación anual, aunque en un porcentaje inferior al del año 2019.

En lo que va del año 2022, los clientes de las prepagas han sufrido una suba de un 68,5%, desde enero hasta agosto, sin contar febrero, que fue el único mes donde no se produjeron aumentos, lo que da una perspectiva creciente para el segundo semestre del año 2022 y que, a 4 meses de que finalice el año es mayor a la de años anteriores, ya supera el aumento acumulado a agosto del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) y el del Índice de Precios (IPC) a la misma fecha, los cuales son de 49,5% y del 56,4%, respectivamente.

Se estima que el SMVM superará a la inflación, aunque aún no es suficiente

En el año 2019, el salario mínimo solo tuvo 4 incrementos: en marzo, agosto, septiembre y octubre, con un acumulado del 49, 3%, pasó de ser $11.300 en enero, a la suma de $16.875 en Diciembre; mientras que las prepagas acumularon un incremento anual del 62% y el IPC del 53,8%.

Al año siguiente, la suba del SMVM se vio interrumpida a causa del COVID-19 durante gran parte del año, recién en octubre y diciembre del 2020 se modificó y creció un 22% en total, cerrando el disruptivo año en la suma de $20.588. A pesar de que la inflación fue del 36%, bastante menor a la del año anterior, aún fue escaso comparado con ésta. Lo mismo le ocurrió a la medicina prepaga.

Al comienzo del 2021, claramente el SMVM y las prepagas corrían desde muy atrás en comparación con la inflación. Por esto, hubo 8 incrementos en el año al salario y 6 a las prepagas, permitiendo un desarrollo más fluctuante llegando a fin de ese año a casi un 48% el aumento total de las prepagas y a un 55,4% el del salario (al pasar de $20.588 a la suma de $32.000); superando de esta manera a la inflación.

A agosto del 2022; a pesar de ser notablemente mayor al resuelto en 2019 (expresado en dólares al tipo de cambio oficial: 293 versus 363); notamos que el aumento del Salario Mínimo (49,5%) es insuficiente comparado con el índice de inflación en Argentina que informa el INDEC a la misma fecha (56,4%); mientras que las prepagas llegaron al 68,5% en el mismo lapso de tiempo. 

Para corregir dicha discrepancia, la Comisión del Salario acordó aumentos mensuales en tres tramos para los meses de septiembre, octubre y noviembre que sumarían un total acumulado anual del 81% (con una cláusula de revisión a este último mes), ya que el año empezaba con un salario mínimo en $32.000 y en noviembre alcanzará los $57.900.

En 2019 la inflación acumulada fue del 53.8%, en el 2020 del 36.1%; mientras que en el 2021 trepó a los 50.90%. Cabe destacar que actualmente, hasta agosto de 2022 acumula un 56,4%. Si el IPC no supera el 80% acumulado a fin de año, sería el segundo consecutivo en que el salario mínimo le “gana” a la inflación, mientras que, para las prepagas, el incremento acumulado anual se estima aún mayor.

Los índices y la conexión con la realidad

La salud en Argentina está fuertemente ligada a dos sectores, por un lado, la salud pública, cuya principal ventaja está dada por la gratuidad en los servicios brindados por hospitales o centros asistenciales sostenidos por el Estado, pero como contrapartida presenta desventajas como la del tiempo de espera para ser atendido y la de los gastos no cubiertos. Por otro lado, la salud privada, brindada por las entidades proveedoras de medicina prepaga, que cuentan con la desventaja de ser onerosas, lo que conlleva al desequilibrio en el acceso a los sectores más vulnerables económicamente de la sociedad.

Los números y cifras hablan por sí solos, en estos 3 últimos años, la suba de las cuotas de las prepagas no ha sido producto del azar, al contrario, ha sido el producto de una serie de factores propios de la economía argentina y de factores externos como lo fue la sorpresiva pandemia, que han conllevado grandes variaciones y fluctuaciones del índice inflacionario.

Ahora bien, de acuerdo al índice de costos que elabora la Superintendencia de Servicios de Salud, en octubre vuelven a aumentar (octavo incremento del 2022), acumulando casi un 90% de incremento en sus cuotas, valor unos 18 p.p mayor al del salario mínimo para esa fecha y bastante superior al de la inflación estimada. Llegado ese punto, el usuario de medicina prepaga probablemente se pregunte, ¿hasta cuándo seguirán aumentando para compensar lo “perdido” en 2020?

Riesgo país en mínimos históricos y el dólar busca el fin del cepo

(Por Ohana Inversiones) El riesgo país cayó por debajo de los 800 puntos, marcando su nivel más bajo en 5 años y acumulando una reducción de 1,130 puntos desde la llegada de Javier Milei en diciembre de 2023. Este descenso es clave para refinanciar la deuda del país en condiciones más favorables, evitando recurrir a REPOs o reservas del BCRA.