En Anaia Wines, una flamante bodega ubicada en Agrelo -cuyo flamante edificio fue presentado en sociedad este año-, Yoga por los Caminos del Vino realizará este sábado desde las 10, un especial de Yoga y Tai Chi.
En el mes de su cuarto año de vida, el circuito itinerante que integró los universos del yoga y del vino en Mendoza, suma en esta oportunidad al profesor Rodrigo Lemos, quien guiará la práctica de Tai Chi, un arte marcial con aplicaciones terapéuticas originario del imperio chino. En tanto, la clase de Yoga será guiada por Alejandra Navarría, directora del emprendimiento.
En las terrazas de la casa, frente al modernísimo edificio vitivinícola y de cara a un magnífico espejo de agua que ostenta las mejores vistas del Cordón del Plata, el encuentro buscará que los participantes puedan conectar con la naturaleza, elevar su espíritu y renovar la energía.
Yoga por los Caminos del Vino es una experiencia de enoturismo que acerca la práctica del yoga a la industria vitivinícola y vincula al vino con el concepto de salud. Mediante la asociación de ambos universos (Yoga y Vino), brinda una alternativa cultural, turística, espiritual, deportiva y social, que genera una experiencia saludable.
El yoga busca la unión del cuerpo, la mente y el espíritu. A través de las asanas o posturas (movimientos sincronizados con la respiración), busca la oxigenación del organismo, la concentración, e induce la meditación. La práctica activa y dinámica, permite obtener una mente serena y un cuerpo fuerte, flexible y saludable, actividad que se ve potenciada en un entorno de aire puro y natural como los viñedos, valles y montañas de Mendoza. Además, contribuye a conectar con el interior e iniciar un camino de autoconocimiento; despertar la conciencia y transitar la vida en un estado de armonía y paz.
La práctica de Tai Chi, por su parte, ayuda a reducir el estrés y la ansiedad. Aumenta la flexibilidad y el equilibrio. Implica una serie de movimientos realizados de forma lenta, concentrada y acompañada de respiración profunda. Es un sistema no competitivo de ejercicio físico suave y estiramiento que se realiza al propio ritmo. Cada postura fluye hacia la siguiente sin pausa, asegurando que el cuerpo esté en constante movimiento.
Para el cierre, sonidos de cuencos y gong ofrecerán un espacio para la relajación profunda con los beneficios que proporcionan la vibración y el sonido en la actividad celular del sistema nervioso: calma, concentración, descenso de niveles de ansiedad y estrés, estimulación de la circulación y equilibrio de energía emocional.
Para el final, los participantes compartirán un brindis al tiempo que podrán admirar pinturas y esculturas de la artista Ivanna Plaza Frattari.
Desde la organización se sugiere asistir con ropa cómoda, protector solar y gorrito, esterilla de yoga y mantita. En esta oportunidad, el valor de la entrada ($ 2.000) incluye 2 copas de vino y un snack saludable.