Quienes planean pasar sus vacaciones en Pinamar, Cariló, Mar del Plata, Rosario, Carlos Paz, Alta Gracia y Mendoza podrán disfrutar de distintos tipos de menúes especialmente desarrollados para resaltar las cualidades de sus vinos. Los consumidores podrán degustar las reconocidas líneas de la bodega como Gran Reserva y la recientemente presentada Terruño junto a los mejores platos regionales de cada uno de los restaurantes que integran la propuesta.
“Los vinos de Bodega Fabre Montmayou expresan plenamente las particularidades del terroir, dando como resultado ejemplares elegantes, bebibles y perfectos para acompañar los diferentes estilos culinarios del país,” comenta Julio Stathakis, Gerente comercial de Fabre Montmayou y agrega: “Vamos a estar este verano acompañando a nuestros clientes para que puedan disfrutar de increíbles menús junto con nuestros vinos.”
Listado de restaurantes:
En Córdoba: Montebello, Hotel Eleton, La Cautiva, Chance, El Ferroviario.
En Mendoza: La Marchigiana, El Asadito, El Mercadito, Modesto Godoy y La Lucia.
En la Costa Atlántica: Templeton, Josefa, lo de Tata, Oceanside, Casa Mediterranea, Caldo, La Pulperia, Tante, La Rada y Cozumel.
En Santa Fe: Viejo Balcon, Club de Velas, Viejo Balcon, Deck del Nautico y Escauriza.
La Bodega
La Bodega Fabre Montmayou es la primera bodega boutique y pionera en la elaboración de vinos malbec de alta gama en la Argentina. Nace en el año 1993 bajo el impulso de Hervè Joyaux Fabre, propietario y enólogo de la bodega integrante de una familia de comerciantes de vino de Burdeos. Atraído por el impulso de los vinos del nuevo mundo, Hervè Joyaux Fabre, decidió invertir en la Argentina para elaborar vinos de alta gama combinando la excelencia de terruños argentinos con el "savoir faire" francés, para lo cual adquirió viejas fincas de Malbec plantadas en 1908 en Luján de Cuyo a 1.150 metros sobre el nivel del mar donde construyó su “chateaux”. Años después Hervè Fabre llegó al alto valle de Río Negro, a 3 km de la localidad de Roca, a 40º de latitud sur, en donde creó la Bodega Infinitus reciclando unas antiguas instalaciones para transformarla en la primera bodega boutique de la Patagonia. Allí encontró viñedos antiguos, de baja producción, de cepajes nobles y el terroir ideal para aplicar todo su conocimiento y experiencia para desarrollar productos claramente distintivos.