Tuve recientemente la no tan grata experiencia de solicitar cotización de materiales para una remodelación menor en mi casa. Lo que esperaba fuera una gestión sencilla, rápida y eficiente, acorde a los tiempos digitales que corren, terminó siendo una travesía frustrante que evidenció cuán rezagado sigue estando el sector de la construcción en términos de atención digital y experiencia de usuario.
Lo primero fue lo obvio: buscar proveedores en Google. Allí comenzó el primer obstáculo. Me encontré con un ecosistema digital desactualizado: páginas web sin mantenimiento, con listados viejos de productos, sin integración con canales de mensajería actuales como WhatsApp Business, o incluso con métodos de contacto ya en desuso como los formularios de contacto. Muchas, con suerte, tenían un número de teléfono… pero ni siquiera linkeado para realizar un llamado directo desde el celular.
Decidí contactarme con quienes parecían tener algún tipo de canal activo por WhatsApp. Tuve que enviar siete mensajes distintos, copiando y pegando una lista desagregada de productos según el rubro de cada proveedor. Desde allí, la experiencia fue aún más dispar: algunos me respondieron de inmediato con un mensaje automatizado; otros, ni siquiera después de 48 horas; varios solicitaron nuevamente el listado completo, a pesar de haberlo enviado ya y las cotizaciones tardaron desde 2 hasta 48 horas, con grandes diferencias en formato, contenido y claridad.
Cuando logré reunir algunas propuestas, me topé con otra barrera: la comparación. Muchas cotizaciones eran incompletas, con productos alternativos sin justificar, sin stock o sin aclaraciones. En algunos casos ni siquiera me avisaban que no tenían ciertos ítems, lo que implicó rehacer todo el trabajo de nuevo.
Me pregunto entonces ¿No quieren vender… o no saben cómo? ¿Por qué el canal de venta sigue siendo tan precario en un rubro que, por necesidad, debería estar obsesionado con la eficiencia y la respuesta rápida?
En un momento donde las ventas no abundan, dejar escapar oportunidades por falta de digitalización o procesos básicos es inadmisible. El usuario actual no tolera esperas innecesarias, ni respuestas vagas, ni mucho menos tener que hacer trabajo operativo por la ineficiencia del proveedor.
Recomendaciones: cómo cotizar mejor desde un WhatsApp Business
El primer paso es asumir que la cotización ya es parte de la experiencia de compra. No es una carga operativa, es una instancia comercial clave. Y como tal, debe ser ágil, profesional y placentera. Aquí, algunas buenas prácticas esenciales:
1. Contar con tecnología mínima indispensable
− WhatsApp Business con respuestas automatizadas claras y útiles.
− Catálogo digital integrado (puede ser con links a Drive, un PDF o catálogo en la ficha de empresa).
− Enlace directo desde redes sociales y sitio web.
− Teléfonos clickeables, formularios activos y actualización mensual de contenido.
2. Automatizar el primer contacto sin descuidar lo humano
− Respuestas automáticas iniciales que guíen al usuario.
− Derivación rápida a un asesor en tiempo real (dentro de la primera hora).
− Confirmación de recepción del pedido o solicitud.
3. Optimizar la estructura de cotización
− Cotizaciones completas, claras y bien presentadas.
− Incluir alternativas cuando falten productos, indicando el motivo.
− Adjuntar disponibilidad, plazos de entrega y medios de pago.
4. Acortar los tiempos
− Responder dentro de las 2 horas hábiles.
− Prometer un tiempo estimado realista y cumplirlo.
− Informar al cliente si la cotización llevará más tiempo.
5. Cuidar la experiencia del cliente
− Facilitar comparativas (productos similares, alternativas de precio).
− Ofrecer asesoramiento proactivo (¿quiere que le completemos la lista?, ¿prefiere un solo proveedor?).
− Dar seguimiento tras enviar la cotización.
En un mercado donde los compradores ya no están dispuestos a esperar ni a realizar tareas que deberían resolver las empresas, contar con una política clara, ágil y profesional para cotizar materiales puede ser la diferencia entre vender o no. Y para eso, la experiencia desde WhatsApp Business debe ser pensada estratégicamente, no como un simple canal de contacto, sino como el nuevo showroom digital de la construcción.