Argentina lidera el consumo de bebidas gaseosas a nivel mundial. Según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, del Ministerio de Economía de la Nación, en el país se consumen en promedio, per cápita, 131 litros de bebidas azucaradas anuales. Las bebidas carbonatadas tienen gran capacidad de adaptación y se encuentran en permanentes procesos de innovación, tanto en lo que se refiere a sabores y también a lo que es diseño y tamaños de packaging, que lo convierte en un sector muy dinámico y de alta rivalidad entre las empresas.
El mercado actual se rige por un oligopolio y un grupo reducido de empresas medianas, algunas regionales y sin alcance nacional. Ante esta realidad, la capacidad de producción y distribución es fundamental para ser competitivos en el mercado. “El objetivo de Cunnington siempre fue tener un crecimiento sustentable y sobre bases sólidas. Para eso creamos y sostenemos relaciones comerciales claras con los Distribuidores, quienes nos permiten llegar al interior del país, y en conjunto con el apoyo de las Cadenas Nacionales y Mayoristas, contar con la cobertura a nivel nacional que tenemos”, cuenta Angel Moyano, gerente de Marketing de Cunnington.
Esta estrategia fue la que les permitió comercializar sus productos, entre los que se encuentran sus más de seis sabores de gaseosas, opciones sin azúcar, la línea garantizada por Alimentos Favaloro, -todos con certificación SIN TACC-, que van desde el Parque Industrial Pilar, en la provincia de Buenos Aires, hasta llegar a todo el AMBA y extender la presencia hacia el Litoral, NEA, NOA, Cuyo y Sur del país.
Entre los puntos que les permitieron esta expansión en la distribución, Moyano destaca su trato con los compradores: “Nos ocupamos de mantener una Fuerza de Ventas experimentada y capacitada que se orienta a ofrecer un servicio de excelencia. Las Cadenas Nacionales y los autoservicios independientes son atendidos de manera directa. Para los comercios minoristas, contamos con Distribuidores especializados en productos de consumo masivo y con exclusividad de nuestra marca”. Gracias a esta relación comercial, sumado al trabajo en la comunicación sostenida en el tiempo, la marca se instaló entre los consumidores argentinos y es reconocida también en el interior del país.
La historia de Cunnington comienza en 1920, de la mano de un visionario llamado Juan Vicente Sangiácomo y su hijo, quien apostó por el consumo de gaseosas y la producción de la bebida tónica. Hoy cuenta con más de 250 empleados en un predio de diez hectáreas, donde está la Planta de producción, el Centro de Distribución y la sede administrativa. Su principal línea de soplado, embotellado y paletizado es la más moderna del país, con última tecnología alemana. Asimismo, cabe destacar que su línea de embotellado posee una producción de 30.000 botellas hora, que en poco tiempo se transformará en 45.000 botellas debido a la incorporación de nuevo equipamiento.
Sin dudas, la innovación y actualización guían a la marca para mantener el crecimiento, y acompañar la evolución del mercado y preferencias de los consumidores.