Nunca trabajaría con el kirchnerismo ni Juntos por el Cambio, son estructuras cerradas

Un Café con Carlos Iannizzotto

Candidato a Diputado Nacional, es abogado y muy familiero, 10 hijos y 29 nietos, a través del Partido Federal quiere lograr un lugar en el Congreso o al menos sentar las bases para empezar a negociar por los proyectos que ya tienen en pensados.

Carlos Iannizzotto es abogado especializado en derecho de familia, actividad que siempre pensó sería la principal hasta que fue presidente de Coninagro (Confederación Intercooperativa Agropecuaria Cooperativa Limitada), una asociación gremial de tercer grado de alcance nacional que representa los intereses del cooperativismo agropecuario argentino.  Desde ese lugar que aún conserva, comenzó a ver la necesidad de empezar a participar en política  porque no sentían que los intereses del sector eran escuchados.

-¿Cómo nace esta idea de ser candidato a Diputado Familiar y formar un nuevo partido para ello?

Hay necesidades insatisfechas, que no sea atendido con las políticas públicas en el tema agroindustrial y sobre todo en las economías regionales. Yo fui el primer presidente de Coninagro de economías regionales y todavía lo soy. Antes era exclusivamente pampeano, no había protagonismo para cambiar.

-¿Qué les molestó?

Desde el cooperativismo vimos que era necesario incursionar (en la política) y tener más presencia en Buenos Aires, había planes en la Nación que necesitaban la entrada a través de Buenos Aires de distintas formas, en especial la exportación yo como abogado me dediqué mucho a eso y eso fue cediendo a representaciones de todo tipo. Fue justamente a través de Coninagro en donde establecimos el centro de operaciones.


-¿Ningún espacio político le interesó para incursionar?

El Partido Justicialista en su momento era una vinculación, pero mi pensamiento está más centrado en la doctrina central de la Iglesia y el peronismo tuvo mucho de Justicia Social, de comunidad de la persona, la familia entonces esa parte sí me interesó. Pero nunca vi la veta para entrar, estaba muy cerrado.

-¿Se identifica con los referentes actuales?

Menos, ahora mucho menos, ni local ni nacional, en absoluto el kirchnerismo lo entiendo pero no me atrae en absoluto, ha sido lo que me terminó y nos terminó a todos. En el cooperativismo de donde yo vengo, si soy alguien soy por este sector no me puedo adjudicar una cosa propia.

-¿El Estado no está atendiendo las necesidades del sector al cual representa?

El sector vio la necesidad por un olvido de las políticas públicas. En el 2018 presentamos una ley desde Coninagro sobre las economías regionales, una ley que en el Congreso tuvo estado parlamentario, pero después vinieron las elecciones del 2019, había muchos legisladores del interior y hubo todo un recambio, por eso el tema quedó en la nada y nadie se hizo cargo.

-¿Quieren llegar al Congreso para que sus ideas sean tomadas en cuenta?

Nos animamos a entrar al Congreso, porque hay muchas leyes vinculadas al sector agroindustrial, como el seguro agrícola, entre otras. Todas leyes muy importantes que quienes están en el sector político no las toman en cuenta y tampoco entran en la agenda política, mucho menos los ministros del  Poder Ejecutivo. Por eso esta orfandad de un sector tan pujante de Argentina no puede ser que no tenga representantes en el Parlamento.

En lo práctico he podido redescubrir la importancia del Congreso porque si hablábamos con un ministro, un día se iba y todo quedaba en la nada.


-¿Parece que se congestiona el camino para concretar ideas para el sector?

Todo se volvió tan complejo ya no era sobre el sector industrial, la pandemia y todo nos impulsó a decir de qué manera participar, y por eso decidimos protagonizar y llevar la voz de la producción.

-¿En las elecciones quedaron ubicados como la quinta Fuerza, harían alianzas con otros para tratar de llegar a obtener votos?

Sí totalmente, nosotros no pudimos hacer ningún acuerdo por nuestro inicio tan fresco, nos demoramos porque había que consensuar con todas nuestras fuerzas productivas, porque yo no quiero que piensen que usé Coninagro de plataforma para la política. Eso nos llevó a consensuar y con la pandemia nos demoró y también nos impidió trabajar en algún tipo de alianza. Está dentro de nuestro ADN acordar.

-¿Con quiénes se sentirían bien trabajando?

Muy buena pregunta. Nunca con el kirchnerismo ni Juntos por el Cambio, porque son estructuras políticas muy cerradas, sus líderes están enquistados de tal forma en donde la política programática quedó de lado porque hay sucesión por una militancia.

-¿Entonces con quién o quienes sienten que pueden acordar y trabajar?

El acuerdo está más orientado a lo programático que a las figuras o trayectorias políticas o electorales. Pensamos que con el Partido Verde o el Partido Demócrata tenemos dos alternativas interesantes. Estas dos fuerzas a partir del cuidado del agua, de su impronta de ser mendocinos y estar preocupados por Mendoza encontramos que hay más similitud de lo que proponemos. Ya en los debates encontramos esa cercanía, incluso con el Partido de los Jubilados.

-¿Y el FIT?

 Con el FIT tampoco podríamos trabajar porque no hay ninguna comunión de programas ni de ideas.

-¿Cómo definiría al Partido Federal para que la gente lo entienda?

Es un partido que tiene una fuerte mirada hacia la Mendoza profunda, así como decimos que desde un escritorio en Buenos Aires no se puede legislar para el interior sino que hay que federalizarlo, decimos que desde Mendoza la matriz productiva del sur, del oasis este, del norte necesitan sus leyes. El partido tiene una netamente federal, vinculada a la producción porque de la producción viene el empleo, viene el salario y el consumo.

-¿Qué piensan del aborto en su espacio?

Estamos de acuerdo con todo lo vinculado a la vida, venimos del palo del agua, del ambiente, del cuidado estamos orientados a concebir la vida desde el momento de la concepción. Estamos en contra del aborto a favor de las dos vidas, pero con esta mirada de que la vida del ser humano para promover que los jóvenes no se vayan, tenemos proyectos vinculados a ello.

-¿Cuál es el perfil de las personas que se acercan al partido?

Personas del sector empresario, en esa alianza no mencioné a Rodolfo Vargas Arizu que está, luego están el sector cooperativo. Nuestra fuerza tiene muchas posibilidades en el sur provincial.

-Se autodefinen como que están cerca del sector evangélico, ¿también de Héctor Bonarrico?

No, con Bonarrico comenzamos a charlar pero no hubo posibilidad, además está más cerca de Juntos por el Cambio.

-¿Notan que hay enojo de la sociedad mendocina cuando hacen campaña?

Sí, porque no llega a fin de mes, esto se ha recrudecido con la pandemia, es una situación agobiante. El enojo es total nos dicen “usted más de lo mismo lo de (José Luis) Ramón”; lamentablemente lo que Ramón hizo (vincularse al Frente de Todos) nos ha jugado a las terceras fuerzas,. Fue un efecto negativo en cadena contra nosotros, pero muchísimo. La gente en la calle dice “noo ustedes son como Ramón, no me venga usted a hablar”.

-¿En algún momento usted pensó que Ramón era una alternativa política?

Si, al principio sí. Tenía bastante contacto con Ramón, pero luego fue imposible hablar con él por su fuerte vinculación con el kirchnerismo, ahí perdió toda independencia, toda autonomía, no fue interlocutor de nuestra provincia. Fue muy interesante el lugar que él ocupó pero es una lástima que haya traicionado esa posición de autonomía frente a las dos fuerzas. Aunque pienso que el FIT también es muy criticado porque Nicolás del Caño se fue a Buenos Aires.

-¿Qué piensa de Portezuelo del Viento?

No tenemos una oposición neta a la obra pero tenemos tantos interrogantes que parece que no estamos de acuerdo. Pusimos objeciones sobre el uso del agua y no de la energía. Creemos que es una obra con la cual tenemos que buscar consenso interno de Mendoza que es lo que le ha faltado al Gobernador. Si uno no se apoya en las organizaciones civiles, empresarias difícilmente pueda avanzar porque está tensionada. Si de nosotros depende Portezuelo mi opinión sería consensuemos porque hay alternativas.


Carlos Ianizzotto tiene 67 años, suele andar en bicicleta con su esposa y alguno de sus 29 nietos, hijos de sus 10 hijos, ocho mujeres y dos varones, tal como él mismo aclaró. Es futbolero, se auto definió como “bostero” y lasherino, aunque confió que le gusta disfrutar de su finca fresquita que está ubicada en Luján.