La novedad central: se eliminan los controles e informes sobre el uso y depósito de dólares ahorrados para la mayoría de las personas físicas y empresas.
La iniciativa —que excluye a grandes contribuyentes y grandes empresas— apunta directamente a ese stock informal conocido popularmente como “los dólares del colchón”. Según estimaciones privadas, se calcula que hay más de 200.000 millones de dólares fuera del sistema bancario en la Argentina. Repatriar una porción de ese capital sería un alivio para una economía que necesita desesperadamente divisas.
¿Qué cambia? Los puntos clave del nuevo esquema:
1. Fin de los reportes automáticos a ARCA
Ya no será necesario informar operaciones que hasta ahora estaban bajo la lupa del fisco. Esto incluye:
Compras y ventas en comercios o con profesionales.
Transacciones realizadas por escribanos.
Compra-venta de autos usados.
Pagos de expensas.
Venta de propiedades.
Consumos elevados de servicios públicos (luz, gas, agua, teléfono).
2. Nuevos umbrales para reportes bancarios y de billeteras virtuales
Los bancos y fintechs sólo deberán informar:
Transferencias o acreditaciones mayores a $ 50 millones en personas físicas ($30 millones para empresas).
Extracciones en efectivo superiores a $ 10 millones.
Saldos bancarios si superan los $ 50 millones (o $ 30 millones en el caso de empresas).
Las billeteras virtuales —como Mercado Pago o Ualá— seguirán las mismas reglas, eliminando así el monitoreo cotidiano de pequeñas operaciones.
3. Depósitos de dólares: libre acceso al sistema bancario
Uno de los cambios más significativos es que, desde junio, cualquier persona podrá depositar dólares en el banco sin justificar el origen de los fondos, y sin límite de monto. Los bancos tampoco podrán exigir declaraciones juradas o documentación adicional.
Una señal para normalizar el ahorro
El mensaje es claro: quien tenga dólares en su casa, ahora puede volver a integrarlos al sistema formal sin temor a controles ni penalizaciones. En términos políticos, esta flexibilización busca reconstruir la confianza en el sistema bancario y reducir la economía en negro.
Habrá que ver si los ahorristas responden a la convocatoria o si, por el contrario, sigue predominando la desconfianza que históricamente caracterizó la relación entre los argentinos y el sistema financiero.
Por ahora, el Gobierno apuesta a que liberar el camino de entrada a los dólares informales puede ser un primer paso hacia una economía más ordenada… y menos atada al colchón.
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