Negociaciones en busca de oxígeno
En este contexto, volvieron a circular versiones sobre una posible asistencia externa de los Estados Unidos por hasta USD 30.000 millones. El Gobierno estaría negociando garantías que permitan cubrir los abultados pagos de deuda de 2026, una de las principales preocupaciones en el horizonte financiero.
Coberturas y futuros en alza
El nerviosismo se trasladó al mercado de futuros. El interés abierto en el contrato A3 aumentó en USD 250 millones y alcanzó un stock total de USD 8.840 millones. El BCRA mantiene posiciones vendidas por unos USD 7.100 millones, cerca del límite regulatorio de 9.000 millones. En la plaza local (BYMA) ya se operan montos significativos: la autoridad monetaria tiene margen para intervenir con hasta USD 6.000 millones, ampliables a USD 12.000 millones si la presión cambiaria se intensifica.
La deuda en pesos, otro frente caliente
El segmento en moneda local mostró un deterioro pronunciado. La tasa TAMAR trepó a 46,37%, mientras que los bonos CER y los duales registraron caídas de hasta 14% y 10%, respectivamente. Estos últimos ya rinden TAMAR +23%. Los Botes 2030 se desplomaron 13,1% en la semana.
El Ministerio de Economía enfrenta vencimientos por $5,6 billones en septiembre, aunque cuenta con un colchón de $12,4 billones en el BCRA. Pese a ese margen, la renovación de deuda podría enfrentar obstáculos en medio de la creciente desconfianza del mercado.
Consumo y crédito, en terreno frágil
En el plano real, los indicadores tampoco traen alivio. La confianza del consumidor cayó otro 0,3% en septiembre, tras desplomarse 13,9% en agosto. El crédito a los hogares refleja la tensión: la irregularidad trepó al 5,6%, el nivel más alto desde mayo de 2009. En lo que va del año, ese ratio se duplicó, al pasar de 2,6% a 5,6%.
En paralelo, el presidente Javier Milei volvió a insistir en su propuesta de dolarizar la economía, esta vez con un horizonte de cuatro años, bajo un esquema de financiamiento y consulta popular.
Un balance delicado
El panorama local combina presión sobre las reservas, volatilidad en la deuda en pesos y expectativas por un eventual respaldo externo. Mientras tanto, la deuda en dólares sigue bajo la lupa de los inversores, en un mercado que aún no encuentra señales claras de estabilidad.

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