Si bien la crisis por la pandemia de coronavirus sumergió a casi todas las actividades en una incertidumbre, en la cual es difícil hacer pronósticos, son muchas las firmas de diversos rubros que manejan proyecciones a pesar de esta coyuntura. Es el caso de la aerolínea chilena SKY, que proyecta reactivar la conexión Mendoza-Santiago a partir de septiembre, siempre que los gobiernos de ambos países mantengan las disposiciones sanitarias.
El dato fue confirmado por la propia firma a InfoMendoza: “Actualmente tenemos prevista la operación desde el 6 de septiembre”.
La aerolínea low cost prevé una reducción casi al 50% de las frecuencias Mendoza-Santiago (Chile). La proyección es de “una frecuencia de 4 vuelos semanales, los días lunes, miércoles, viernes y domingo”, detallaron, mientras que previo a las medidas dispuestas por el COVID-19 contaban con un vuelo diario.
“La idea es comenzar junto con Buenos Aires en septiembre, cuando se habilite volar internacionalmente. Existe la posibilidad de que se modifique de acuerdo al comportamiento de la demanda y según las disposiciones sanitarias de los países”, aclararon desde SKY Airlines en Argentina.
Los planes de la aerolínea son proyectados en tres etapas: primero habilitar los vuelos domésticos en Chile, luego los de Perú y en tercer orden las frecuencias internacionales, entre las que se encuentran los destinos de Argentina en los que tiene licencia.
De esta manera, SKY será la única low cost que siga operando esta ruta aérea, junto con Aerolíneas Argentinas.
Estrategias en medio de la crisis
Holger Paulmann, presidente de SKY Airlines, con quien establecimos contacto a través de Zoom, explicó de qué manera la compañía pasó a lo que llaman “estado de hibernación”, con motivo de la pandemia y cómo está retomando ritmo con vistas en el futuro.
“Nuestra empresa fue fundada en 2001 y en 2014 tuvimos nuestra primera gran crisis, que fue muy distinta a la actual. En ese momento decidimos cambiar el modelo de negocios y ser la primera low cost del cono sur. Entendimos que el público quería viajar con tarifas más accesibles. A partir de ese año trabajamos en ser más eficientes y mejorar los estándares de seguridad y experiencia del cliente”, reseñó.
Sin embargo, aclara que este “es un momento completamente distinto, un momento en el que no hay nada para celebrar en la industria”. Según Paulmann, el efecto de la pandemia “fue muy fuerte” y superó las malas previsiones que se tenían.
A esto se suman las consecuencias del estallido social que se desató en el vecino país en 2019. “Nuestras operaciones cayeron el 50%, fue una situación de mucha incertidumbre, muy compleja, de gran impacto”.
Esto, sumado a la pandemia desatada en marzo de este año, llevó a la firma a tener que aplicar un plan de austeridad. “En enero observamos las primeras señales de la llegada de la pandemia. Armamos un Comité de Crisis, tuvimos que empezar a cancelar vuelos y fusionar otros porque el factor de ocupación era del 30%. La gente no quería volar”, señaló el presidente de SKY Airlines.
“El 25 de marzo suspendimos todas nuestras operaciones, fue un gran golpe a nuestros ingresos, de más del 95%”, agregó.
En este nuevo escenario, la empresa aplicó un plan de hibernación en el que se captaron los vuelos charters para trasladar mineros y trabajadores de otras empresas, vuelos humanitarios, rescate de chilenos varados en otros países y vuelos cargueros.
Por otra parte, en marzo activó su plan de protección al pasajero, que incluye la posibilidad de gestionar el cambio de fecha de vuelo sin cargo ni diferencia tarifaria, o la modificación de la ruta sin multa, aplicando la diferencia tarifaria en caso de que corresponda.
Medidas por el COVID-19
En tanto, “la flota Airbus con la que opera la compañía cuenta con tecnología que le permite renovar por completo el aire de las aeronaves cada 3 minutos, removiendo partículas del tamaño de bacterias microscópicas y grupos de virus, con una eficiencia superior al 99%. Además, los filtros de los aviones poseen una eficiencia de alto nivel para capturar el coronavirus, ya que el flujo de aire recaudado no se esparce por la cabina”, informaron.
Además, en las operaciones que ya iniciaron en Chile, se aplica el bloqueo de filas centrales para asegurar el distanciamiento físico y la sanitización constante de las cabinas.
Proyecciones
Las perspectivas de recuperación de la firma debieron ser recalculadas. Ya que preveían que la recuperación iba a ser de un 40% de las operaciones entre julio y agosto, pero hoy se estima que recién en diciembre llegará “con suerte” al 50%, explicó Paulmann.
Mientras que se prevé que recién a finales del 2021, principios de 2022, se alcance el 80% de los niveles de actividad prepandemia. “Ninguna línea aérea está bien, es una crisis que nunca habíamos tenido”, destacó.
Por otra parte, pronosticó que los llamados viajes de “turismo de reuniones” no tendrán impacto en un futuro inmediato. “Aunque no sea lo mismo, la gente va a seguir utilizando muchas de las herramientas adoptadas en esta cuarentena”, señaló.
Además, estima que los viajes más solicitados serán por visitas de familiares y en segundo orden por turismo.
“Mientras los países sigan abriendo y cerrando la actividad, la gente no va a viajar por temor a quedarse varados en otros países”, advirtió.
En cuanto al precio de los pasajes, anticipó que en Argentina puede llegar a percibirse una baja del 20%. “El pasaje en sí puede llegar a bajar entre 30 y 40% por los próximos doce meses, pero las tasas de embarque están en el orden de los US$ 70 para salir de Argentina, por lo que la baja se sentirá en un 20% del precio del pasaje”.
Tu opinión enriquece este artículo: