El levantamiento de la restricción para el turismo interno no ha representado una solución para el sector hotelero mendocino, que busca a través de sus entidades, asociaciones, cámaras y particulares la declaración de emergencia por parte del Gobierno Provincial y Nacional. La situación del sector se vuelve cada vez más grave tanto económica como financieramente, porque su rentabilidad negativa causará el cierre de negocios (y la pérdida de empleos), y porque se quedan sin fondos para afrontar los pagos a trabajadores, proveedores y también los impositivos, según contaron a InfoMendoza.
"La ocupación hotelera se ha reducido a cero y según la Organización Mundial del Turismo, estiman que el turismo extranjero se recuperará muy lentamente. Los principales visitantes de Mendoza son: Brasil, Buenos Aires y Chile y por la situación que atraviesan, claramente demorarán en llegar”, explica Adrián González, presidente de la Cámara Hotelera de Mendoza. También depende de los ingresos de la población argentina, cuyo poder de compra volverá a caer durante 2020.
Por otro lado, presentan un costo fijo de por lo menos un 60% en mano de obra, lo que genera una alta dependencia de los ATP (Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción) provisto por el gobierno nacional pero la apertura de los hoteles pone en riesgo este aporte fundamental con el que cuenta en la actualidad los hoteleros. “Uno de los riesgos de abrir, que te suelten la mano el ATP y se transforma en un problema. Si abrís hoy, esa ayuda el mes que viene te la saquen. Tiene un alto costo tener el hotel cerrado, pero tenerlo abierto aumenta aún más los costos sin el retorno correspondiente”, disparó Federico Souto, gerente del Hotel Fuentemayor. Algunos hoteles han abierto para repatriados pero tampoco es suficiente ya que se ocupa el 50% de la capacidad hotelera a un costo inferior.
“Estamos buscando la emergencia del sector con facturación cero, sin un horizonte cercano. Para que un hotel funcione se necesita un mínimo del 40% de ocupación”, indicó González. La ley de la emergencia económica para el sector permite blindar una serie de costos como impuestos, derechos de comercios y servicios, entre otros, para evitar posteriores embargos y quiebre de hoteles. El diputado Jorge Difonso y la senadora Gabriela Testa han presentado proyectos de ley de carácter provincial sin resultados concretos aún, de la misma manera a nivel nacional lo ha hecho Alfredo Cornejo y José Luis Ramón.
“Hay mucha puja política entre el oficialismo y la oposición”, detecta González al respecto, lo cual genera desconfianza en el sector sobre la aprobación del mismo. “Si esto se demora mucho, cada vez más son los que quedan en el camino. Llevamos 100 días sin respuestas”, concluyó el presidente de la Cámara, alegando la caída de las pymes en el sector.
“Pensando en hoy y más en mañana para ver cómo nos acompañan en el marco legal desde lo jurídico y económico para planificar la apertura”, reflexionó Souto y continuó: “Si no se piensa en algo macro para que abramos, esto estará muy complicado, no sólo en lo inmediato sino también a largo plazo, tanto para la hotelería como para el turismo en general”. El empresario hotelero destacó la necesidad de que se permitan los acuerdos con los empleados: “El objetivo es mantener la nómina de personal pero se necesitan acuerdos y estrategias económica e impositiva para poder afrontar esta transición en conjunto”.
Ayer, durante todo el día (2 de julio), los hoteleros de todo el país se manifestaron de manera simbólica en las redes sociales solicitando una ley de emergencia, a la cual se sumaron gran cantidad de personas afectadas desde empleados, empresarios y proveedores del sector. La movilización demanda soluciones a corto y largo plazo más allá de los paliativos que el gobierno pueda brindar, ya que en turismo hay un gran trabajo que no se nota y es la promoción y el posicionamiento turístico del destino, el cual se verá debilitado en esta larga cuarentena.
Hoteles de montaña y del Valle de Uco en vacaciones de invierno
Las vacaciones de invierno no han movido demasiado la aguja y el turismo interno, aunque libre de restricciones, no alentó la apertura de esos hoteles que suelen ser los más elegidos por los mendocinos como es el caso del Hotel de Potrerillos, el Hotel Fuentemayor en Valle de Uco, o Ayelén en Penitentes.
“El turismo interno para mendocinos se piensa en una noche de viernes y sábado, lo que hace que el resto de la semana quede en solitario. Además hay una variante no menor, la gente tiene temor de trasladarse a un hotel y compartir espacio con otras personas”, explicó Federico Souto, gerente de Fuentemayor y agregó: “Vamos a abrir con el protocolo que rige la provincia, pero no sabemos cuándo, porque por el momento no logramos la demanda suficiente para afrontar costos”.
Por su parte Macarena Serra, gerente del Hotel Ayelén explicó que estarán cerrados hasta setiembre esperando la temporada de Aconcagua con muy bajas expectativas, mientras que se mantiene cerrado durante todo el invierno realizando protocolos y mantenimiento con el acceso. Asimismo aseguran de la Cámara Hotelera que el alojamiento informal será el que se verá beneficiado con esta problemática.
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