Mendoza es mucho más que vitivinicultura. Desde hace unos años que la cerveza artesanal ha ido ganando terreno en la provincia, no sólo con la venta de las mismas en tiendas, almacenes o supermercados, sino también en la gran apertura de bares con canillas en donde ofrecen diversos estilos de distintas marcas.
En este contexto, es que muchas empresas que surgieron en el último año, están lejos de ser grandes emprendimientos con espalda financiera, sino que la mayoría comenzaron como un hobby entre amigos, familia, parejas, y luego se fueron profesionalizando y creciendo.
Así es que la pandemia, en un punto los golpeó fuertemente, pero para muchos fue un nuevo despertar y los planes que por ahí tenían para más adelante, los adelantaron, y para otros, se abrieron nuevas alternativas de comercialización e innovación que en otro contexto no lo hubieran pensado.
La experiencia de 23 Ríos
Este es el caso de 23 Ríos. En una primera etapa, la actividad de la empresa -cuando comenzó la pandemia- se estancó a cero debido a que gran porcentaje de las ventas se daba en bares y restaurantes. Cabe indicar que este negocio cuenta con una producción de 10 mil litros mensuales y 7 estilos de cervezas y los propietarios son Nicolás Massaccesi, Chacho Puebla y Luis Casais.
“A raíz de la situación que comenzó en marzo sufrimos durante unas semanas hasta que se nos ocurrió comenzar a vender con stand en algunos almacenes y kioscos de proximidad. Lo que hicimos fue llevar un par de canillas y con acuerdos que hicimos vendíamos en la puerta del almacén. Esta fue la alternativa más rápida que encontramos para poder vender toda la cerveza en stock que teníamos, ya que estamos hablando de un alimento perecedero y debíamos además asumir gastos de empleados, alquileres, etc. También comenzamos con el delivery de cerveza a domicilio. La respuesta de ello fue increíble, porque llegamos a clientes impensados, de todos los estratos sociales. Con todo esto, claramente, no ganábamos porque representaba solo el 10% de nuestra facturación, pero crecimientos en clientes que conocieron la marca, y se vio reflejado en el crecimiento de los seguidores en las redes sociales y en los pedidos de la gente que no nos conocía”, remarcó Massaccesi.
Asimismo, contó que en el sector hay mucha informalidad. Debido a ello, es que muchas empresas que fabricaban cerveza desaparecieron, porque no tenían cámara de frío y condiciones para guardar la bebida. Así fue como también crecieron en la venta en bares en donde antes no estaban.
Ahora que los restaurantes abrieron “la situación mejoró un poco y hemos decidido invertir y reinventarnos y por ello vamos a invertir en una máquina de enlatar cerveza para comenzar a vender de ese modo y llegar no solo a almacenes y kioscos de Mendoza y seguir vendiendo barriles, sino salir de la provincia y poder vender fuera de las fronteras. La Pandemia nos despertó”, contó el empresario.
El maestro cervecero de “Fulana”
Federico Colombo propietario de la fábrica y socio de la marca de cerveza Fulana y maestro cervecero contó que la empresa comenzó en el 2015, como un proyecto de amigos, y de a poco fueron creciendo. Actualmente cuentan con diversos estilos de cervezas, como la Sexy Ipa, Summer Ale (coco y cacao), Barley Wine, Honey, Cream Ale, Red Ipa, Irish Red, Robust Porter, WeissBier, Patagónica (frutos rojos). Hoy los valores de las botellas de botellas 500cc oscilan entre $130 a $150 precio público y la cerveza en barril entre $80 a $95 por litro.
Durante la pandemia, contó Colombo, apostaron fuertemente al delivery, haciendo hincapié en el servicio de reparto, tomando todas las medidas necesarias y protocolos de sanidad. “Volvimos a los orígenes, que fueron las botellas de 500cc, las cuales por cuestiones de vorágine de tiempo las habíamos relegado bastante y fue muy divertido volver a embotellar a mano. Luego, con la apertura, logramos seguir vendiendo en bares cerveceros como El Botellón, The Beer Club Chacras, Héroes Carranza, Six Thagger, El Container, Orgu Bar, Growler Clandestino, Coordenada Artesanal, Ragnar Bar, Jeebs Chacras y en el bar de la Fábrica que está abierto al público.
Sobre las estrategias a mediano plazo, contó Colombo que en los próximos meses abrirán un nuevo punto de venta con el nombre de la cervecería (Fulana) con miras al verano. “Este punto se va a ubicar en Godoy Cruz y a largo plazo tenemos como objetivo seguir abriendo sucursales de Growler station y bar, mejorar la calidad de nuestras cervezas y mejorar en distribución”, remarcó.
La novedad de LOVÂ
Una empresa novedosa es LOVÂ, que comenzó hace un año. “Allí nos profesionalizamos, ya que veníamos elaborando desde hace más de 5 años pero más como hobby. Actualmente la empresa cuenta con 5 estilos fijos: Kölsch, Golden, Irish red, APA e IPA y el valor depende del tamaño, pero la cerveza de 500cc está en $ 150 al público”, contaron a InfoMendoza.
Con respecto a la cuarentena, “la realidad es que, mirando el vaso medio lleno, fue el puntapié para terminar de finiquitar todos los detalles de nuestro proyecto y poder dedicarle el tiempo que necesitaba. Actualmente tenemos un punto de venta en Chacras, en Viamonte y Pueyrredón, un distribuidor en zona Este y Sur de la provincia, y también contamos con delivery dentro de Gran Mendoza, donde pueden encargar a través de redes sociales o la página web”.
Sin embargo, la apuesta se redobló para LOVÂ y la pandemia hizo agilizar sus proyectos. “En los próximos meses comenzarán con la mudanza a un lugar más grande para la fábrica, y proyecto de apertura de nuestro propio bar con atención 100% por mujeres. Actualmente, estamos produciendo entre 400/500 litros por mes, la idea es duplicar o triplicar volúmenes para primavera/verano”.
La expansión de Kroizel
Otra cerveza que pronto abrirá un bar, renovándose es Kroizel, empresa de Martín Bessega, que comenzó en 2013 como hobby, como muchos arrancan y en 2015 empezó a trabajar de forma profesional.
La empresa hace cervezas de diversos estilos (10 en total), desde rubias de un alcohol medio -pensando en las personas que recién se inician en el consumo de cerveza artesanal- hasta cervezas de mucha complejidad y alcohólicas. Actualmente la empresa vende en barriles de 20 a 50 litros para más de 15 bares y restaurantes, entre los que están Unión Cervecera, Brader hops, Birra House, Viejo Richard and friends; Craft (Malargüe), Mola Bar, entre otros.
Sin embargo, y con la pandemia, Kroizel debió retomar un canal de venta que habían dejado como es el caso de la venta minorista, por lo que comenzaron a embotellar y vender a través de delivery, “algo que seguimos haciendo, sumado a la venta de cerveza en bares y ahora terminando una unión estratégica que incluye una fábrica, punto de recarga y bar en la sexta sección”, detalló Bessega.
Los siete estilos de Jagger
Una empresa que tiene como objetivos aumentar la producción en botella y ampliar la cartera de productos es Jagger que comenzó en 2005 y que tienen como idea elaborar estilos característicos y representativos de distintos lugares con una impronta propia. Actualmente cuentan con 7 estilos fijos, Blonde, Irish red, IPA, Witbier, de Miel y Sweet Stout de fermentación tipo ale y Pilsen de fermentación Lager. Después elaboramos cervezas especiales o de temporada como Barley Wine, Imperial Stout, IPA pomelo o Blonde mango.
Durante la cuarentena volcaron gran parte de la producción a botella y con lanzaron un nuevo envase de 500cc y comenzaron la venta directa desde fábrica a todo el país, lanzando los envases en tiendas digitales, y con la atención personalizada por medio de whatsapp y telefónica, además de seguir apostando a vinotecas, almacenes, casas de bebidas.
Che2mostos se acerca al vino
Un emprendimiento novedoso y diferente es el que arrancó en 2018, se trata de Che2mostos el cual nació con el encargado de elaboración de Cerveceria Jagger y el enólogo Nicolás Calderón, que tiene como objetivo elaborar una cerveza estilo belga, cofermentando un mosto de cerveza tipo Blonde y un mosto de uva seleccionado que aporten las características propias del varietal elegido y que recién estuvo a la venta en marzo de este año, justo cuando comenzó la cuarentena.
Actualmente tienen tres estilos, tipo ale belga cofermentada con uva Chardonnay, Cabernet Franc y Malbec, y al ser lanzada en momento de pandemia, actualmente solo están vendiendo en botella y directo al consumidor desde la fábrica. El objetivo, a mediano y largo plazo es diversificar la cartera de productos con 4 productos de temporada según las estaciones del año y empezar a vender el producto en vinotecas.
Los cinco estilos de Frangus
Frangus, es otro proyecto de los que sigue apostando durante y post pandemia, el cual surgió en 2009 con dos amigos, Francisco y Agustin. “Desde el 2015 el proyecto tomó vuelo y hacemos 5 estilos fijos, Kolsch, American Pale Ale, Scottish Walas, Oatmesl Stout y American Ipa y además hacemos otros estilos de estación, como Frambuesa Pale Ale, Coco Stout, Porter, etc. Como a todos la pandemia y paralización nos complicó enormemente, sin embargo, decidimos volver a embotellas y al no poder vender en bares tuvimos que ir directo al consumidor final. Así fue como nos mantuvimos y la verdad la respuesta fue muy importante, y la marca logró posicionarse, por lo que en los próximos meses ampliaremos la distribución de nuestra fábrica y seguiremos invirtiendo en calidad de producto”.
De esta forma la cerveza artesanal se va expandiendo y demostrando que Mendoza va más allá de la producción de vinos.
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