En Mendoza pronto se podría ir a comprar vino a las bodegas bajo la modalidad “take away”, es decir con damajuana en mano, siempre y cuando dé buenos resultados el proyecto piloto que ya se puso en marcha en Río Negro, y que consiste en adquirir diferentes varietales en botellas de vidrio de 1 a 5 litros. Algo como lo que hace años se denominó los jueves de Norton.
“La idea es que este nuevo canal de ventas se expanda a diferentes provincias del país, por supuesto que a Mendoza también, pero no tenemos nada definido, ya que estamos a la espera de ver cómo funciona”, explicó a InfoMendoza el presidente del INV (Instituto Nacional de Vitivinicultura), Martín Hinojosa.
Este primer paso que tiene como objetivo mejorar la comercialización y brindar otras herramientas de consumo, se realizó en la provincia vecina debido a “que al tener sólo 28 bodegas es más fácil controlar el mecanismo de venta y el producto también, ya que es fundamental para que marche todo bien”, añadió el referente de la vitivinicultura nacional.
Se estima que los resultados se verán en corto plazo y de ahí en más se comenzará a diseñar el plan en Mendoza, que cuenta con unos 900 establecimientos vitivinícolas aunque no todos están funcionando en la actualidad.
Este acomodamiento del sector es muy reciente y además de la venta en bodegas, se intenta generar modalidades de venta novedosas para el consumidor y beneficiar a la cadena de comercialización. “El proyecto no sólo nace para hacer frente a la crisis generada por la pandemia, sino a dar espacios para el reencuentro de la gente, flexibilizar el consumo de alguna manera. También queremos asociarlo a un estilo moderno y apuntamos a que en el futuro hayan lugares similares a los patios cerveceros, muy de moda entre los jóvenes”, añadió Hinojosa.
El proyecto puesto en marcha en Río Negro, llamado “Vinos de cercanía”, dio a luz en una reunión donde participaron, además de Hinojosa, la gobernadora de esa provincia, Arabela Carreras y el ministro de Producción y Agroindustria rionegrino, Carlos Banacloy.
Hinojosa destacó que dentro de los lineamientos estratégicos de su gestión en el INV está el brindar apoyo para el desarrollo de nuevos productos, envases y sistemas de comercialización tendientes a mejorar el consumo, manteniendo la pureza vínica. Además adelantó que tuvo conversaciones con la senadora Anabel Fernández Sagasti, para implementar la propuesta en Mendoza y en diferentes regiones vitivinícolas del país.
Funcionarios de Río Negro, agradecieron el acompañamiento de la Nación y del INV, destacando especialmente la importancia de contar con un plan específico para este histórico sector de la producción local, sobre todo en el actual contexto de pandemia que obliga a repensar las acciones de manera conjunta para mantener activa la producción.
La comercialización del Vino de cercanía será en la modalidad "take away" se tendrá que realizar según las normas legales del sector. No se podrá expender este tipo de producto fraccionado en comercios, vinerías, supermercados o puntos de venta de cualquier tipo, limitándose solamente a los establecimientos que adopten la modalidad referida. Otra opción que podrá surgir de la impronta que tenga la bodega, es la posibilidad de consumirse en el lugar acompañado de alguna comida, para lo cual la bodega tendrá que estar habilitada con los permisos municipales correspondientes.
Hinojosa agregó que el INV, a través de su Delegación General Roca a cargo de Omar Castro, controlará esta nueva modalidad de consumo para brindarle seguridad tanto a los consumidores como a las bodegas.
Los entrañables jueves de damajuanas en Norton
Una forma de comercialización similar al take away, aunque en otro contexto histórico, fue la que utilizó la tradicional bodega Norton, en Luján de Cuyo, durante muchos años (desde 1975 al 2015). En aquella época el envase de damajuana era muy popular. Los vecinos de Perdriel esperaban los jueves a la mañana, con el botellón en mano, para ir a comprar un rico varietal (malbec, torrontés y cabernet sauvignon).
“Esa experiencia fue muy buena, enriquecedora ya que fue una manera de devolver algo a la comunidad, a los vecinos de la zona que hicieron propia esa costumbre de ir a la bodega a buscar su vino”, comentó David Bonomi enólogo de Norton-, distinguido recientemente como “Enólogo del Año” por el famoso crítico inglés Tim Atkin.
El profesional recordó que en aquellos años el consumo de vino era de 90 litros per cápita por año, a diferencia de ahora que es de 18 litros. “Todo tenía que ver con un estilo de vida donde al mediodía las familias almorzaban con tiempo y podían tomar su copa de vino tranquilos. Ahora no es así, el ritmo de vida es diferente y también la gente se inclina por otras bebidas”.
También destacó que Norton fue pionera en vender exquisitos varietales en damajuanas. “Esa experiencia fue muy buena. Salvo en esos años que lo hicimos ante todo por los vecinos de la zona, siempre comercializamos vinos fraccionados. En cambio hay otras bodegas que actualmente venden en damajuanas pero ya cerradas y selladas, y no como en aquella época donde la gente esperaba a que le llenáramos el envase de casi 5 litros. En realidad, más que rentable, fue un estilo de acercamiento al consumidor, una acción social. Además el precio era accesible”, señaló.
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