Atilio Avena recuerda las antiguas bodegas mendocinas y recupera la esencia de la vinificación en piletas. Empresa centenaria que inicia con la fabricación de aceite de oliva y en los 70, incursiona en la industria del vino con su primer varietal Roble Atino Avena en 1996. La bodega de la familia Avena hace casi una década pasó a manos de otra familia mendocina que “mantiene su estructura y la forma de elaborar vinos” asegur Marcelo Gracieux, actual director.
La bodega abrió al turismo el año pasado con una propuesta diferenciadora, ya que el espacio invita a compartir un buen vino y gastronomía con la sencillez de un bodegón familiar, siendo una apuesta accesible y cercana para los mendocinos . EQueremos ofrecer al turismo, lo que somos nosotros: una familia. Que la gente venga y disfrute de comer rico y tomar buenos en un entorno familiar” explicó Gracieux.
La sala de turismo de la Bodega Atilio Avena con una enorme barra, piso de hormigón y firmes mesas de maderas invitan a caer a ese bodegón de antaño con una atención cercana que obliga a pasar un momento mágico. La sala de visitas se reúne en su impronta con sus tres pasiones: el vino, las olivas y la familia.
Marcelo Gracieux y Belén La Motta junto a Gustavo Valdez y el Chef Lucian Ricco convocaron a comunicadores y referentes que degustaron todas las opciones de cada paso acompañados por vinos de la línea "Franco" presentados por su enólogo Santiago Palero.
"Siempre en la mesa de un mendocino hay un vino, pues es importante alimentar el alma para transitar el camino, y no menos importante es alimentar el cuerpo para que el alma viva aún más en él. Nuestra cocina busca identificarse con la memoria de nuestros antepasados, trasladarla al presente con la adecuada técnica y el respeto por el producto local buscando contar la historia de quienes trabajan la tierra. Sean bienvenidos en esta ocasión otoñal a conocer nuestra remembranza y tradición mendocina” explica Luciano Ricco, el chef a cargo.
¿Qué se come?
La propuesta sorprende con cada uno de sus platos. El aperitivo consiste en una "Degustación olivícola" (Aceitunas verdes Arauco con ajo y perejil, aceitunas negras Arauco con naranja, limón y tomillo. Pasta de olivas, aceite de oliva virgen extra blend 2022). “La panera de la Vivi”: pan de campo, focaccia y sopaipillas.
Como segundo paso, ahora les vas a poder entrar a las típicas empanadas mendocinas de carne y oliva al horno de barro, a los pastelitos de quesos con almíbar de ají, o a la provoleta acompañada de hongos frescos y grapa a la chapa, hojas verdes, gajos de naranja y garrapiñada picante de nueces de Tupungato. La entrada favorita según la mayoría fue la "Sopa de tomates de Tunuyán" en conserva confitados en oliva al laurel y tostón de pan de campo con pesto de orégano. (todas preparaciones con acento mediterráneo).
Entre los principales, se podrá optar entre el "Vacío al horno de barro" (Vacío de larga cocción, calabazas y papines al rescoldo, manteca de tuétano y ajo asado), los "Malfatti de papa y ragú de osobuco" (malfattis de papa, puerro y pecorino de Las Catitas, ragú de osobuco, cebolla escabechera y zanahorias confit) o las "Beterabas al rescoldo" (beterabas al rescoldo y lactofermentadas en consomé de apio y fenogreco, queso gruyere gratinado, puré de manzanas, dressing de pomelo y miel, tierra de almendras tostadas y amaranto pop).
El paso final brinda como opciones de postres: "Peras al syrah rosé" (Peras en compota de syrah rosé y azafrán de San Carlos, crema de queso brie, garrapiñada de avellanas y cacao). Pudin de chocolate al horno de barro con diplomata de mandarina y caramelos de naranja y el "Vigilante Don Atilio"(Degustación de quesos con dulces de estación).
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