Este impulso se consolidó gracias al acompañamiento del programa ProInversión de ProMendoza, un espacio de asistencia técnica que busca transformar ideas con potencial en proyectos de inversión profesionalmente formulados y capaces de atraer capital privado.
ProInversión nació a partir de una necesidad detectada en la provincia: muchas iniciativas productivas con gran valor carecían de una presentación adecuada bajo los estándares que exige el mercado inversor actual. Para revertir esta situación, el programa brinda asesoramiento especializado, análisis financiero, ordenamiento estratégico y una estructura formal que permite convertir emprendimientos en propuestas atractivas, claras y viables para quienes buscan invertir en sectores productivos. En el caso de Virra S.A., la empresa decidió dar el salto de la mano de Carina Forte, socia fundadora del proyecto, quien identificó en este programa la oportunidad de poner en orden las ideas, revisar el modelo de negocio y proyectar con mayor precisión los próximos años.
“Para nosotros fue todo un desafío. Una cosa es estar todos los días en el negocio y otra es parar la pelota para pensar”, recuerda Forte. “El acompañamiento del profesional Esteban Tuninetti nos obligó a detenernos, a reconstruir lo que hacemos, organizar la información y poner todo por escrito. Eso te permite mirar hacia adelante, salir de la rutina diaria y proyectar de verdad. Es un ejercicio que muchas veces uno no se da el espacio para hacer, pero que es fundamental para cualquier pequeño, mediano o gran productor que quiere mejorar. Mirar el negocio con cuatro ojos y no con dos cambia todo.”
Esta revisión profunda permitió delinear con claridad las dos grandes líneas productivas que hoy definen a Virra S.A. Por un lado, la finca cuenta con 53 hectáreas de olivos ya implantados, aunque con sectores que requieren reposición de plantines para alcanzar su densidad ideal. El plan desarrollado en ProInversión contempla completar esas áreas para lograr un rendimiento homogéneo y, a partir de allí, encaminarse hacia una producción estimada de 500.000 kilos de aceitunas en los próximos cuatro o cinco años. Además, el proyecto prevé la posibilidad de sumar nuevas hectáreas de olivos en una segunda etapa, acompañadas por mejoras estructurales como la perforación de un pozo y la incorporación de riego por goteo, elementos esenciales para asegurar la calidad y eficiencia del cultivo. Según Forte, uno de los logros del proceso fue diseñar una propuesta de inversión accesible, pensada para atraer interesados que quieran participar sin necesidad de grandes desembolsos, avanzando en etapas que permiten escalar el proyecto de forma ordenada.
La segunda gran línea de desarrollo de la finca se encuentra en los cultivos hortícolas. Virra S.A. dispone de 40 hectáreas aptas para horticultura intensiva, una actividad que permite ciclos de producción más cortos y un flujo de ingresos más dinámico en comparación con la olivicultura. La experiencia reciente con una prueba piloto de 5,5 hectáreas de ajo fue altamente satisfactoria y se convirtió en un punto de partida para proyectar una ampliación significativa del cultivo. La empresa evalúa también el desarrollo de semilla de cebolla y la posibilidad de incorporar otros cultivos complementarios como zapallo, aprovechando las ventajas agronómicas y económicas de la rotación. Según explica Forte, uno de los atractivos de esta línea es que la chacra permite ingresos en periodos de nueve meses, lo que contribuye a equilibrar el flujo financiero anual, especialmente en una empresa donde la producción de olivo se concentra en el primer semestre del año.
Todo este proceso de análisis y ordenamiento permitió que Virra S.A. pueda hoy presentarse ante nuevos inversores con un proyecto firme, realista y escalable. La empresa cuenta con una estructura productiva sólida, una finca con amplias posibilidades de expansión y un plan estratégico que combina cultivos de ciclo largo y ciclo intensivo, asegurando tanto estabilidad como dinamismo económico. La reconversión no solo se manifiesta en el campo, sino también en la gestión interna, en la claridad de objetivos y en la profesionalización de la toma de decisiones.
“Queremos que los proyectos sean alcanzables”, señala Forte. “No buscamos inversiones imposibles, sino socios que quieran crecer con nosotros, que puedan aportar desde lo económico o desde lo estratégico, y que se sientan parte del desarrollo de la finca. Gracias a ProInversión, pudimos ordenar todo: qué queremos hacer, cómo vamos a hacerlo y qué puede ofrecerle al inversor cada uno de los caminos de crecimiento.”
Hoy, Virra S.A. se posiciona como una oportunidad concreta dentro del sector agroindustrial de Mendoza. Con una finca en expansión, una estrategia productiva diversificada, infraestructura en mejora continua y un modelo de negocios listo para recibir inversores, el proyecto emerge como un ejemplo del impacto positivo que puede tener la planificación profesional en el desarrollo del territorio mendocino. La empresa abre así una nueva etapa, dispuesta a recibir a quienes deseen sumarse a un emprendimiento sólido, con identidad local y con una visión de futuro clara y sustentable.
Los interesados en conocer más sobre este proyecto, pueden escribir a [email protected].
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