La vitivinicultura argentina por calidad y reconocimiento internacional tiene todo para crecer en sus exportaciones si cuenta con las herramientas e incentivos adecuados. Por eso desde la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) se presentó un plan al ministro de Desarrollo Productivo de la Nación, Matías Kulfas, con medidas de rápida acción y una agenda de temas prioritarios a resolver con el objetivo de fomentar las exportaciones, generando divisas genuinas para el país, y mejorar la competitividad de toda la cadena.
La presentación se hizo dentro del llamado al diálogo, la creación de un consejo de promoción de las exportaciones a nivel nacional y a la presentación de propuestas por parte del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación.
“La vitivinicultura argentina tiene marca y reconocimiento internacional. Todos destacan la calidad de nuestros vinos en el mundo, somos el mayor exportador mundial de jugo concentrado de uva, hay un potencial muy grande para el vino a granel; las pasas y uvas de tienen grandes oportunidades para crecer en nuevos mercados. Pero necesitamos incentivos y medidas concretas que mejoren el nivel de competitividad de nuestra producción en los mercados internacionales”, afirmó José Alberto Zuccardi, presidente de la COVIAR.
La presentación realizada por COVIAR al equipo económico del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación incluye las siguientes propuestas de acción:
- Incremento de los reintegros.
- Baja de las retenciones e incentivos para acelerar el ingreso de divisas.
- Eximir a los gastos en promoción en el exterior del impuesto PAIS.
- Uso del derecho de exportación como crédito fiscal para el pago de Ganancias.
- Acelerar el cobro de IVA.
Puntos prioritarios a resolver
Junto con medidas de rápida aplicación, desde la COVIAR se solicitó al Estado Nacional, vía el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, que se avance en puntos críticos que frenan o afectan el desarrollo exportador de la cadena vitivinícola nacional como son los altos costos logísticos que le quitan competitividad a la producción del Oeste argentino. Se planteó, también, la falta de acuerdos comerciales para tratar de revertir la situación de desventaja que tiene la producción nacional en los principales mercados del mundo a partir de los menores aranceles o directamente las tasas 0% que sí tienen países competidores directos como son Chile, Estados Unidos o Europa.
Otro punto central es atacar la alta presión impositiva que pesa sobre el sector vitivinícola como economía regional. A partir de un estudio realizado en el año 2017 y actualizado a fines del 2019 por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Cuyo, se determinó que la carga impositiva que soporta el sector vitivinícola, definida como la relación entre el total de impuestos que tributa y el excedente de explotación empresaria, al año 2017 era del 57,7% y pasó a ubicarse en 2019 en el orden del 70%. La situación se agrava más si consideramos a la producción primaria que de soportar una carga del 45% sobre el excedente pasó al 96,9%.
Uno de los vectores centrales que determinan la competitividad en el sector de las bebidas es la promoción. Argentina ha realizado y realiza acciones de promoción del vino tanto a nivel del sector como a nivel de las propias empresas. No obstante, los recursos y, por lo tanto, la potencia de las acciones, son menores en relación con los competidores más importantes que sí cuentan con recursos y apoyo estatal para la promoción de sus exportaciones.
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