En el día a día de una ciudad como Mendoza, el movimiento no se detiene. Las necesidades de transporte van más allá de pasajeros: cientos de personas recurren a servicios como el de carga de Maxim para resolver envíos que, por tamaño o urgencia, no pueden esperar. En los últimos meses, la plataforma registró una serie de encargos que reflejan la creatividad, las urgencias y también las particularidades del ritmo urbano.
Entre los objetos trasladados destacan desde un chulengo, hasta colchones, lavarropas y escritorios. También figuran artículos menos habituales como estructuras metálicas, un radiograbador, bolsas con calzado usado, estufas a gas y cajas con botellas de vidrio.
Además de estos casos puntuales, los registros de la aplicación muestran una alta frecuencia de pedidos para transportar electrodomésticos como heladeras, cocinas, microondas y televisores y muebles diversos: sillas, bibliotecas, mesas ratonas, cajoneras, entre otros. En varias solicitudes se requirió asistencia para cargar objetos pesados o coordinar la entrega con terceros.
La lista de Maxim también incluye elementos menos comunes, como repuestos de autos, impresoras, bolsas de plástico reciclado o una lona de pileta, lo que confirma el uso extendido del servicio para resolver tareas logísticas cotidianas.
El servicio de carga se ha consolidado como una alternativa práctica frente a las soluciones tradicionales de transporte. La variedad de encargos registrados da cuenta de cómo los usuarios adaptan esta herramienta digital a necesidades concretas, muchas veces urgentes o fuera de lo habitual.