La economía llegó a las PASO con números inquietantes. En primer lugar, Reservas Internacionales netas muy bajas, excediendo los US$ 9000 millones negativos. La brecha se desplazó desde fines de julio con un tipo blue que superó los 600 puntos antes de las elecciones. El dólar contado con liquidación también creció y menos el dólar MEP. Se intervino la brecha para moderar a los dólares libres. La actividad ciertamente más floja desde mayo cuando cayó más de 5%. No es todavía el nivel de PIB que se espera para el año, más cercano a -4%. Sobre todo por el efecto de la sequía. El dólar oficial retrasado y con voluntad política de no avanzar con una devaluación, por los efectos recesivos e inflacionarios que se producirían sin un programa. Así las cosas, hasta las PASO que fueron un verdadero cisne negro.
Después del triunfo en las primarias de Milei se observa mucha incertidumbre por ser un virtual empate de tercios que altera la idea inicial de Juntos por el Cambio ganador en 35%. El gobierno decidió devaluar 22% el mismo lunes post PASO y esa devaluación que, en principio seguiría hasta octubre, se traslada de inmediato a precios. Por otra parte, el blue y los financieros subieron a la vez que los bonos y las acciones descendieron. El motivo es la incertidumbre y, parcialmente, que Milei no se lleva bien con los mercados por sus posturas extremas. La inflación que ya venía cargada la primera quincena de agosto va a llegar a dos dígitos en este mes por los efectos de la devaluación del oficial y por la suba de los dólares paralelos. Es una inflación que seguirá cerca de los dos dígitos hasta la elección general. La devaluación sin plan es un problema y seguramente fue previamente acordada con el FMI.
En estos días se espera el préstamo del FMI por U$S 7500 millones que ayudaría a pagarle por una suma que adeudamos a futuro. No vendrían dólares frescos y el gobierno debe buscar fuentes alternativas. Después de las PASO puede haber más novedades, pero se descuenta la firma del acuerdo y el desembolso. Parecería que el Fondo seguirá pidiendo devaluación porque esta ha sido muy acotada. Como contrapartida aparece la devaluación fiscal en la cual hay un Plan agro que incluye al maíz, donde se liquida el dólar a 340 pesos. Después de la devaluación del oficial este plan queda postergado. Por el lado de las importaciones, un impuesto país de 7,5% para un conjunto importante de bienes importados, 25% para servicios importados y 30% para bienes suntuarios. Es una medida que restringe importaciones, no es una devaluación pero tiene efectos análogos a la misma. Por otra parte, el crawling peg estaba funcionando por encima de la inflación a un ritmo del 13 %, habrá que ver qué pasa con esta medida ya que el oficial parecería que lo dejan constante hasta octubre.
El Fondo sigue poniendo como meta 1.9 % de déficit primario respecto al producto. El déficit ya vino peor en el primer semestre por lo que es una meta muy exigente teniendo en cuenta que la recaudación cae por la recesión y sobre todo por la merma en las retenciones debido a la sequía.
Son medidas las adoptadas provisorias que se complementarán seguramente con un nuevo dólar soja. Cada vez que se instaura un plan soja estos rinden menos, los productores pueden especular con esperar una devaluación mayor después del 10 de diciembre. Por otra parte el gobierno siguió incrementando la deuda con China para hacer pagos al fondo y además se endeudó con la CAF y con Qatar para el mismo propósito de pagar vencimientos con el Fondo y para no quedar con atrasos.
Lo que espera el FMI es una fuerte contracción en las importaciones que alteraría el sistema productivo y profundizará la recesión. En este sentido se reducirían las SIRA para evitar acrecentar la deuda con proveedores de importación que está en el orden de U$S 13.000 millones. Por la suba de los libres la inflación crecerá fuerte en agosto. El precio de la carne va a influir en el IPC, estuvo rezagada antes. Es de esperar un piso cercano a los dos dígitos para la inflación futura de 2023. La inflación de julio estaba pronosticada por los analistas.
La sequía y la mala praxis han dejado a la economía con gran vulnerabilidad. Hay riesgos de que continúe la corrida cambiaria, la bola de Leliqs es un tema sensible, sigue habiendo mucha emisión por las Leliqs y para financiar el déficit del Tesoro que apunta a nivel global en 5% del PIB.
La voluntad del Fondo en esta novela por entregas es cerrar el acuerdo pero esta vez se la dejó más difícil a la administración Massa. Se fue postergando la firma y, a la altura de las PASO, no está la letra definitiva. Seguramente habrá un conjunto de nuevas medidas que el Fondo impulse hacia agosto. El ministro candidato sigue con el Plan llegar pero cada vez está más difícil la macro a la que se suma la incertidumbre electoral.
*Director del Área de Economía del IAE Business School, Universidad Austral.