Exportación, producciones, economías regionales y una situación inestable

(Por Daniel Ariosto)* Esa famosa frase de Manuel Belgrano moviliza a repensar. Como consecuencia del atraso cambiario, en ocho meses de 2022, las exportaciones de vino fraccionado cayeron un 5,8% (8 millones de litros), según el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). Los propios empresarios expresan que el mal resultado se explica en gran parte, por el atraso del tipo de cambio, que impide que las bodegas locales puedan participar en los segmentos de precio más bajos de las góndolas de países importadores.

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Este atraso, sumado al crecimiento de los precios a nivel interno, conforman un combo que hace menos rentable la ecuación a la hora de mandar vino al exterior.

Pero esto sucede no solo en el sector vitivinícola, sino en todos los sectores relacionados con las exportaciones regionales y en el comercio exterior en general. Y este tema tiene mayor visibilidad con motivo de haberse anunciado y puesto en marcha un nuevo tipo de dólar, el dólar soja.

Esto agrava mucho más la situación expuesta y deja al descubierto las asimetrías existentes entre la Pampa Húmeda y el resto de las regiones del país.

Los empresarios, que deben generar riqueza, como lo hemos planteado en innumerables oportunidades, ven con asombro como existen distintas categorías de negocios: Por un lado, los de los commodities, que poseen inversiones intensivas, siembran, esperan que llueva, cosechan con máquinas y sin ningún tipo de valor agregado, exportan a granel y especulan a la hora de rendir las divisas, condicionando fuertemente la economía del país.

Por el otro, las economías regionales, con una menor escala, que poseen un gran componente de mano de obra, que requieren innumerables labores culturales desde la siembra hasta la cosecha, sufren la sequía, las contingencias climáticas y que, en la gran mayoría de los casos, agregan valor y dan trabajo a pymes locales que proveen elementos que aportan a su manufactura, provocando un efecto derrame en sus zonas.

Es por eso que, quienes quedan fuera de los beneficios del "dólar soja" sufren una nueva discriminación en cuanto a política económica. No se debe hacer una diferenciación con este tipo de medidas, los dólares deberían ser los mismos y al haber un atraso cambiario tan importante, el volumen de exportaciones definitivamente, se contrae.

Ante un planteo del sector, el ministro de Economía, Sergio Massa, dejó muy claro que el volumen que representa la soja no es el mismo que el que representa el vino.

Quizá a nivel nacional, el vino no impacte en volumen como la soja, pero para Mendoza y para la región, significa una serie de actividades muy importantes, por el efecto derrame que explicamos anteriormente. Es más: explícitamente el vino aporta imagen a nuestra región y a nuestro país en general (Mendoza es una de las cinco Capitales de Vino del Mundo) y más, este mismo producto es el impulsor de una industria que crece, en la que nos destacamos y que significa más empleos e ingreso de divisas: el Enoturismo.

Las exportaciones de Mendoza no se limitan al vino. También exportamos uvas en fresco envasadas, frutas y verduras industrializadas, frutas desecadas, aceite de oliva, pasas de uva, pulpa de fruta, alcohol etílico, por mencionar algunos productos.

Si trasladamos este impacto a otras regiones, a otras economías que también se movilizan en torno a producciones regionales como la yerba mate, el azúcar, por solo mencionar algunos. ¿Es en serio que este impacto es tan mínimo? ¿Se trata de alguna manera de empresarios de segunda los que invierten y trabajan e intentan exportar, a pesar de toda circunstancia y contratiempo? ¿Cada región no merece el impulso que, sin dudas, contribuirá al contexto nacional?

Es por ello que, como es habitual en nuestros escritos en los que solicitamos un ambiente pro empresa para poder salir de esta gran crisis, damos fundamental importancia al apoyo dirigido a las pymes, que en su gran mayoría “reman” en cada región para producir y exportar a pesar de la escasez de insumos, de los imparables precios internos, de la desfavorable política cambiaria en materia de exportaciones que se sufre históricamente.

Una de las características principales que tienen las economías regionales es el gran componente de mano de obra, el valor que agrega, las fuentes de trabajo, el crecimiento y la generación de más trabajo. Ya lo dijo Manuel Belgrano: "Los países civilizados no exportan materia prima, sin antes transformarla localmente, de lo contrario, estarían creando ocupación en el país comprador y desocupación en el país en el país exportador. No exportemos cuero, exportemos zapatos".

Si no damos incentivo y apoyo a las pymes que agregan valor a la producción, esta caída de las exportaciones, no se va a revertir y por el contrario, si no podemos contar con un tipo de cambio real, continuará la contracción de las ventas porque artificialmente el tipo de cambio actual representa, además de escasez de divisas, un problema estructural muy grave, no solo para la industria.

El país somos todos y todos, podemos contribuir a mejorar la situación tan crítica de nuestra economía y generar más empleo si recibimos el correspondiente estímulo, reglas claras y libertad para desempeñar nuestras actividades.

*Presidente UCIM

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