Más de 40 enólogos evaluaron la cosecha 2020 en la Argentina: en Mendoza algunas regiones hablan de un año fantástico y de vinos de alta calidad, profundos y redondos

(Redacción InfoMendoza) Es parte del Reporte de Cosecha que difunde anualmente Wines of Argentina, en este caso para 2020. Enólogos de bodegas con perfil exportador dan su punto de vista.
 

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Se conoció el Reporte de Cosecha 2020 que difunde anualmente Wines of Argentina. Este cuenta con el aporte de más de 40 enólogos de bodegas ubicadas en diversas regiones del país. Mendoza con buenas calificaciones, especialmente en algunas zonas con vinos que prometen ser de muy alta calidad. 

Las  puertas  de  casi  todas  las  bodegas  ya  están  cerradas.  No  quedan  racimos que cosechar a lo ancho y largo de la Argentina –con la excepción del  sur  profundo, en Chubut–  y  la  mitad  de  todo  el  vino  del  año  está  ya  descubado. Nada está fuera de lugar en esta postal a no ser por un único dato: la fecha. Estamos  a  principios  de mayo  y  este  cuadro  suele  darse  bien  entrado  el  mes para la Argentina. 

Es que la temporada 2019-2020 no ha sido normal. Y  si  algo  la  describe  brevemente  es  su  carácter  desafiante  para  los  productores de vino. Por dos motivos claros. Uno, ningún técnico entre los consultados recuerda haber vivido una vendimia así de anticipada, así de especial. Dos, nadie antes lo ha hecho en el marco de una pandemia como la crisis que supone el COVID-19.

Así,  la  imagen  de  las  bodegas  ya  en  la  calma  bucólica  de  las  tareas  post  vendimia  es  un  completo  alivio.  En  buena  parte  de  la  Argentina,  los  equipos técnicos tuvieron que resolver verdaderos puzzles logísticos para moler en dos meses lo que normalmente procesan en cuatro.
 


En este contexto desde InfoMendoza realizamos un recorte para conocer la palabra de enólogos de bodegas claves de cada región, con perfil exportador. 

El panorama en Mendoza: de punta a punta
En la principal provincia vitivinícola de Argentina, con 153 mil hectáreas de vid,  “la  vendimia  2020  fue  una  montaña  rusa  de  emociones. Presentó un adelanto de más de 20  días, por las altas temperaturas y la escasez de  agua, y obligó a ingresar mucha uva en poco tiempo, mientras en febrero varias tormentas de verano provocaron aluviones en algunos viñedos. Sin dejar de  mencionar el contexto de pandemia, claro”, resume Pamela Alfonso, ingeniera agrónoma de Bodega Alta Vista. Sin embargo,   cada región dentro de la provincia vivió condiciones diferentes. 

El Oasis norte
Conformada en torno a la capital provincial, esta región concentra el 60% de los viñedos de Mendoza y en condiciones normales se trata de una zona cálida y seca. Lógicamente, en esta cosecha estas condiciones fueron extremas, sumadas a una menor humedad relativa y escasez de agua. 

“El ciclo 2019/2020 fue particularmente corto en esta zona. Afectado por una  helada  a  inicios  de  la  primavera, se observó el mayor adelanto fenológico de la provincia y los rendimientos generales de las uvas finas estuvieron un 15% por debajo de los del año anterior”, detalla Luis Coita Civit, ingeniero agrónomo de Durigutti Family Winemakers.

La incidencia de granizo y heladas fue sectorizada en el este. Las zona de Rivadavia al este y Santa Rosa fueron las más afectadas por la intensidad las tormentas de granizo en primavera. Solo los eventos de principios de octubre, con temperaturas bajo cero en algunos distritos de la zona este, afectaron los rendimientos finales.

Primera Zona
La principal causa de mermas en la producción se debió a las heladas y no al granizo, como ocurrió en algunas zonas del Valle de Uco. La incidencia de esta contingencia fue muy sectorizada para la Primera Zona, con dos eventos que afectaron superficies no tan distribuidas con granizo de tamaño intermedio a mediano. En Perdriel, Gonzalo Carrasco, de Terrazas de los Andes, destaca que hubo un evento de helada con “temperaturas que llegaron a -1,5°C el 17 de octubre y produjo una disminución de la cantidad de racimos que se tradujo en una baja del rendimiento del 26% respecto del año anterior. El resto de la temporada se presentó seca, con una incidencia de precipitaciones en el mes de febrero de 120 mm, aunque no afectó al estado sanitario general”. En Las Compuertas, zona más alta y fresca de Luján de Cuyo, el enólogo Pablo Durigutti destaca que “las temperaturas mínimas del veran estuvieron generalmente encima de los 12°C, alcanzando hasta 8 días con temperaturas superiores a 34°C. Sin embargo, los niveles de acidez fueron moderadamente superiores al año pasado debido a que había buena concentración arrastrada desde la primavera por el inicio del ciclo con temperaturas frescas. Febrero, que normalmente es un mes de temperaturas moderadas, se manifestó muy caluroso por la disminución de lluvias respecto a los datos históricos para la zona.

En  Agrelo, otro punto importante de la región, el factor clave fueron las arcillas presentes en el suelo. “En un año caliente como este, se mantuvo el suelo húmedo y la regulación de la temperatura. Así, la baja producción en Malbec y Cabernet, sumada a la regulación de las arcillas, nos dio como resultado un año fantástico”, reflexiona Alejandro Vigil, Chief Wine Maker de Bodega Catena Zapata, con viñedos muy estratégicos. 

Valle de Uco
Para Los Árboles, Tunuyán, Jorge Cabeza, winemaker de Bodega Salentein, destaca  que  “hubo  un  8%  menos de días con temperaturas superiores a 30°C, pero un 10% más de días con temperaturas superiores a 33°C, comparando con 2018-2019. Esto quiere decir que fueron menos días pero más extremos los que se concentraron hacia el final de la temporada, adelantando la fecha de cosecha y aumentando rápidamente la concentración de azúcar”.

En cuanto a la zona de San Pablo, a 1400 metros de altitud, Cabeza menciona: “Tuvimos un evento de heladas en octubre con consecuencias en el rendimiento y heterogeneidad  en  brotación, cuaje y madurez. Las variedades que se vieron afectadas fueron principalmente Sauvignon Blanc, Merlot y Pinot Noir. El Malbec, por tener un ciclo más tardío, escapó de este evento”.En  Gualtallary, Tupungato, fue un año especial desde el punto de vista climático, en particular en el sector noroeste del distrito. A mediados de octubre, dos heladas no muy intensas (entre -0,5 y -1°C), pero sí muy largas, de entre 48 y 72 horas, incidieron en el posterior corrimiento de variedades sensibles, fundamentalmente en Malbec.  

Si  bien es a zona considerada libre de granizo, se registraron dos tormentas de magnitud el  21 de  noviembre y el 3 de diciembre que afectaron los niveles de producción. Las mermas representaron del 40 hasta el 60%. “Al ser tormentas tempranas, hubo viñas que se recuperaron y llegaron a la cosecha con buena canopia, buena cantidad de hojas en sus brotes, pero con una menor carga, lo que generó uvas de mucha concentración”, explica Edgardo del Pópolo, de Susana Balbo Wines. 

Para Laura Principiano, gerente de Enología de Zuccardi Valle de Uco, esta fue una “vendimia  de  viticultores”. Con apenas 80/90 mm de precipitaciones recibidos a principios de febrero, en la zona Sur del Valle de Uco (Paraje Altamira, La Consulta, Pampa El Cepillo) la temporada resultó cálida y seca, con rendimientos limitados y una madurez de las uvas que transcurrió rápidamente, alcanzando los niveles de azúcar necesarios entre 8 y 15 días antes de las fechas normales. “Aquellos viñedos que lograron llegar a inicios de marzo con buenas canopias y en buen estado hídrico –dice– son los que pudieron madurar sus racimos sin caer en los desequilibrios por sobremadurez”.

En la misma región, el enólogo Philipe Rollet, de Bodegas Caro, explica: “La ventana de cosecha se achicó mucho. La madurez del Cabernet coincidió con los Malbec. Pero el misterio es que se conservó la acidez elevada. Tuvimos un Cabernet con pH de 3,35 y un Malbec con pH3,30. Soñado”. En los cuadros que siguen se ofrecen los promedios de máximas, mínimas y el valor promedio para cada mes del ciclo vegetativo, tomado en distintas estaciones meteorológicas del valle.

San Rafael con vinos de alta calidad
En el Oasis Sur las características de la vendimia 2019/2020 fueron similares al resto de la provincia: año seco, brotación anticipada y larga, temperaturas altas, escasez de agua y una madurez precoz que desencadenó una vendimia desafiante con una merma considerable. “Los mostos y vinos recién descubados muestran excelentes atributos de color, estructura, aromas (algo disminuidos en los blancos), alcoholes altos. Estos atributos permiten proyectar vinos 2020 de alta calidad, profundos, redondos”, aporta Pablo Minatelli, jefe de viñedos de Bodegas Bianchi.

Los cuadros que siguen ilustran las temperaturas promedio máximas y mínimas, además del promedio de ambas, por cada mes del ciclo vegetativo.


 

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