¿Por qué las franquicias pueden ser una gran opción de negocio para emprender en pandemia?

(Por Paula Crombas) En un contexto de incertidumbre y desaceleración económica, estos modelos de negocios pueden ser una acertada decisión para generar beneficios óptimos.

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Tras más de un año de la llegada de la pandemia, y como en tantos otros ámbitos, la crisis económica ha ido ‘in crescendo’ en numerosos rubros y el de las franquicias comerciales no ha quedado ajena a esta preocupante situación. 

Los datos son evidentes. Según el informe de la consultora de franquicias Estudio Canudas, antes de desatarse la pandemia por COVID-19 (marzo 2020), en Argentina existían cerca de  38.500 puntos de venta franquiciados por alrededor de 1.000 marcas, los que a la fecha, se han reducido a un 10% (hasta los 34.000) mientras que el  total de empleados disminuyó cerca de un 15% (hasta los 187.000). No obstante a estos datos, adquirir una franquicia puede ser una oportunidad para muchos emprendedores que deseen invertir con un ‘modelo probado’ y posicionado.

En este ámbito, Mendoza ha sido usina generadora de muchas franquicias que hoy se diseminan no solo por distintos puntos de la provincia sino del país y hasta en algunos casos, llegando a pisar tierras extranjeras.

Un ejemplo de este modelo de negocio es UMARA, la cadena de locales dedicados a la belleza de manos y pies. Fundada como un emprendimiento familiar en 2009 en la provincia, se lanzó al mercado dando respuesta a una tendencia que en ese momento crecía  a nivel mundial como era de salones exclusivos para belleza de uñas y que en el país aún no estaba desarrollado.


“Desde los inicios se pensó la marca a través de franquicias y si bien nunca nos promocionamos desde ese lugar, lo que sucedió es que fueron las primeras clientes quienes se acercaron a consultar sobre el modelo de negocio para poder emprender con UMARA”, señala la directora de la marca, Laura Sanz.

Hoy la marca es un modelo probado y exitoso con 40 locales y que le ha permitido expandirse a nacional, sumando además países como Chile y próximamente en Miami donde se estará abriendo la primera franquicia UMARA.

Aún en este contexto de incertidumbre económica, plantearse la idea de algún emprendimiento no tiene que ser un sueño inalcanzable si se piensa hacerlo a través de franquicias, apostando así recursos y tiempo en marcas consolidadas y con una historia de éxito comprobada, que además cuentan con el respaldo de una estrategia global desarrollada específicamente para este modelo de negocios.

“De todas maneras cuando uno invierte en una franquicia con un modelo probado se está asegurando una parte del éxito de su emprendimiento pero la otra parte depende siempre de la gestión del franquiciado”, comenta Sanz y agrega: “En los últimos años hemos tenido un muy buen mismo ritmo de consultas y si bien la pandemia afectó a todo el sector económico, por otro lado hizo que mucha gente analizara nuevos emprendimientos”.

Otro caso de una franquicia de éxito ‘made in Mendoza’ es BRÖD, una bakery y cafetería creada en el 2013 por los mendocinos Francisca Costanzo y Sebastián Flores.

“Unos años después de haber arrancado con el proyecto empezamos a notar una demanda de clientes que querían tener su local propio de BRÖD. Trabajamos tempranamente en el desarrollo del modelo de franquicia y luego de forma conjunta con la consultora Suraci que nos ayudó a dejar un modelo muy bien armado”, señala Fran Constanzo.

En la actualidad, esta marca cuenta con 5 franquicias en Mendoza y se plantea su expansión a otros puntos del país. “El modelo ha contado con una muy buena aceptación en el mercado. Contamos con una destacada demanda lo que nos permite hacer una minuciosa selección de la locación”, apunta Constanzo.

En cuanto a su funcionamiento dentro de la pandemia, tanto la marca como sus franquiciados han tenido un alto rendimiento. ”El modelo de negocio ha funcionado muy bien en estos tiempos por la ventaja competitiva de tener incorporado en los locales, la venta de panadería y pastelería toda de elaboración artesanal. De hecho, tuvimos un crecimiento muy notable en medio de esta situación”, aclara Fran. “Además, BRÖD no es solo un modelo de negocio ya probado sino que se ha adaptado muy bien a la nueva demanda del mercado en donde hay una tendencia por un consumo más consciente de las personas y en el que buscan productos de calidad muy cuidada”.  


Ser franquiciado en tiempos de COVID-19

Como vemos, una franquicia es una relación comercial entre dos partes, el franquiciado y el franquiciador, y en tiempos de COVID-19, este ‘vínculo’ está llena de sinergias que suponen una buena iniciativa a la hora de pensar un negocio, no solo porque reduce el riesgo que se debe asumir, sino también porque garantiza una plataforma comercial llamativa para vender u ofrecer productos o servicios con éxito ya asegurado. Pero, ¿cómo la llevan adelante en el contexto actual? La experiencia de IGA puede dar respuesta a esta pregunta.

Desde 2006, la marca se ha posicionado en el mercado local con dos filiales como una destacada escuela de gastronomía que forma parte de una red de institutos más importante de América con  más de 140 filiales en 5 países como Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia.

“Mendoza ya estaba en pleno crecimiento del turismo enogastronómico, crecía la demanda de ayudantes de cocina, cocineros, pasteleros y entonces IGA llegó a cubrir la necesidad de una salida laboral rápida con una excelente calidad en la formación y ventajas para los alumnos”, comenta María Laura Zavattieri, directora de una de las filiales mendocinas. “Me sedujo la organización, que su plan de estudios era sólido y se notaba el respaldo de una marca que ya tenía más de 30 escuelas en Argentina. Mendoza fue la filial número 35 y ya hay más de 140… ¡no me equivoqué en esa corazonada!”, aclara.


“Desde mi punto de vista, valoro muchísimo a las franquicias. Creo que son un modelo de negocio muy bueno, que permite a la persona emprender con ciertas garantías y con muchas cosas que ya están probadas. Se cuenta con la fuerza de la marca, imagen, sistema de gestión, desarrollo de productos que hacen que te sientas más seguro a la hora de tener que invertir. Además de un plan de negocios que permite tener una visión más amplia y completa de inversión, gastos corrientes y una proyección que te ayuda a ubicarte para empezar”, enfatiza Zavattieri.

En tiempos de pandemia, este trabajo ‘codo a codo’ ha sido reforzado más que nunca. “La casa central de IGA  (Rosario) ha estado pendiente todo el tiempo de generar nuevos productos. Nos acompañan, escuchan y siempre generan nuevas estrategias de marketing para que a todos nos vaya bien. ¡Somos realmente un buen equipo! En base a la situación de confinamiento generó como nuevo producto que es toda una línea de cursos cortos y seminarios on line se pueden comprar desde un Marketplace de una manera muy sencilla y amigable, sin tener que salir de su casa. Además contamos con reuniones por zoom todos los franquiciados con el equipo de gestión central, en donde se presentan no solo las novedades sino que es un espacio de intercambio en donde se plantean dudas y se comentan experiencias exitosas para que podamos potenciarnos entre nosotros”, comenta Laura Zavattieri pero aclara: “Obviamente la franquicia puede ser buena, pero si el franquiciado local no gestiona bien, no selecciona bien a su personal, no controla, no está organizado, las cosas no van a andar bien…la idea es buscar una buena marca y trabajar codo a codo para ser los mejores en la plaza”.

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