Hasta hace unos años, hablar de Community managers (CM) en las empresas era un poco ’aventurado’, pues se creía que este rol solo era algo de moda, pasajero y cuya tarea era tan simple como postear en redes sociales. Un gran error. Y es que la realidad fue mostrando la importancia cada vez más de estos profesionales en todos los ámbitos, tanto laboral como personal.
De la modalidad freelance a la exclusividad
Desde hace 10 años aproximadamente a la fecha, el desempeño de un CM se volvió vital para el desarrollo de una organización en cuanto a imagen, comunicación y relacionamiento en las redes.
“Hoy en día podríamos decir que es la figura que directamente está encargada de la marca a nivel digital. Si bien se lo puede confundir con lo que es el marketing en general, su función es a nivel moderación de contenidos en lo que son redes sociales o bien plataformas por ejemplo, cualquier contenido que es la marca levante sea un posteo, sea una historia, sea un Real, sea una pauta (publicidad digital), sean mensajes privados, es decir, todo aquellos que haya a nivel interacción dentro del mundo digital el CM es el responsable de moderarlo”, señala Tebi Costamgna, Customer Experience Specialist.
En cuanto a su función, ésta es alcanzable no solo grandes empresas sino que en la actualidad sus servicios también son requeridos por pymes, figuras políticas y públicas, ONG’s, marca personal, celebridades, es decir, es escalable. “Con el tiempo ha ido mutando: primero en grandes empresas hasta bajar a todo tipo de marcas, organizaciones y personas que puedan requerir de este tipo de profesional”, expresa Costamgna.
A partir de esto es que muchas empresas comenzaron a comprender el rol de estos servicios, es más, muchas de ellas dejaron el esquema tercerizado de Community managers de ser personal freelance, para sumarlos a las estructuras fijas de empleados a modo de tenerlos de forma ‘exclusiva’ sobre todo se ve en aquellas compañías que cuentan con gran cantidad de clientes o consumidores.
“Mendoza por suerte a nivel laboral desde hace varios años tiene presente la figura del CM. Con el tiempo –obviamente- que se ha hecho más conocida o se ha empezado a comprender mucho mejor. En un principio quizás era como normal escuchar la frase clásica de ‘mi sobrino maneja muy bien su Facebook entonces yo le voy a dar a cargo la las redes de mi empresa’ ahí se cometían justamente errores. Pero sí hay un cambio en la actualidad que antes no estaba, ya que al principio no existía una definición de los límites de la tarea entonces este profesional hacía de todo. Hoy su labor está orientada a ser moderador de contenidos y además en algunos casos, también de atención al cliente”, apunta Tebi Costamgna.
Pandemia: un factor positivo para su crecimiento
Como en otros ámbitos, la pandemia también repercutió en la esfera del Community manager pero de forma positiva. La razón es que como en otros países, en Argentina, la cuarentena generó un avance en la transformación digital no solamente de la comunicación sino también de lo que es el consumo y por ende, creció la demanda de profesionales dentro de lo que es el ámbito digital.
Para Costamagna “no solamente CM sino también otras figuras comenzaron a ser requeridas y justamente por esto de que se empezó a transformar la forma en la cual el consumidor se pone en contacto con la marca y también una necesidad para las marcas para poder acercarse. Al perder lo que es el contacto presencial, el contacto físico, empieza a crecer esta necesidad de tener presencia dentro de canales en los cuales otras marcas venían trabajando desde hace mucho tiempo”.
Los perfiles más buscados
Respecto a los perfiles normalmente se buscan estudiantes o graduados o también personas que tengan aptitudes cercanas a lo que es la Comunicación, al Marketing, a la Publicidad justamente porque son carreras cercanas o relacionadas a lo que va a estar desarrollando el CM. “Además, se busca que tenga habilidades en torno a lo que es publicidad digital para poder entender el cómo pautar, que una mirada analítica ya que su rol no es únicamente estar respondiendo sino analizando lo que son métricas, el tipo de consultas, cómo es la interacción con la comunidad, es decir, se busca un perfil multiskill”, señala Costamagna.
¿Cuánto cobran?
La realidad es que el mayor porcentaje de profesionales que se dedican a esta función optan por la modalidad de trabajo freelance, la cual al no tener un contrato fijo con un cliente, les permite no solo manejar sus propios tiempos sino generar mayores ingresos al tener un portfolio de clientes y no solo uno, permitiendo en muchos casos poder ofrecer sus servicios a otros destinos y en consecuencia, ganar en dólares o euros.
“Este servicio se cobra normalmente si no se tiene un contrato o se está en relación de dependencia con una empresa, se cobra con un fin mensual como una agencia. Es decir, directamente uno tiene un presupuesto con el cliente y si se puede acordar por un lapso de tiempo, el cual se le sugiere entre 3 y 6 meses. Hay algunos profesionales que pueden cobrar también por cantidad de horas más que nada pues estamos hablando de en moderación de contenidos que para no estar atado a las 24 horas al teléfono, se estipula con el cliente cuáles serán estos servicios y los límites que se llevarán adelante al ejecutarlos”
Según Costamagna, los valores en Mendoza están en concordancia con otros puntos del país, no obstante pueden ir fluctuando según el cliente. “No es lo mismo trabajar con un con una agencia que con una pyme, o una figura política o una celebridad. Asimismo de depender de a quién se le ofrezca nuestro servicio, también va a variar en la complejidad del trabajo y la expertise o conocimiento que tenga en el profesional que lo va a llevar adelante pero en general, en lo que es nuestra provincia, dado el posicionamiento que ha tenido el todo lo que es el mundo digital y tecnológico hay una cercanía con los valores de otras ciudades argentinas”.
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