“Es una panadería franca, directa y generosa. Grandes tamaños y porciones, y hasta exageración en los elementos como la crema, el dulce de leche o el jamón crudo. Con el gusto por disfrutar y compartir. Con la calidad y la perfección como estandarte” comenta Alejandra le Donne, que junto a su hermana Carmela fueron las ideadoras del proyecto y desde hace tiempo coincidían en la idea de armar algo que de alguna manera permita que no se pierdan los saberes y sabores de las cosas ricas que comían en la casa de su Abuela Dulce.
“La nuestra es una panadería de elaboración propia y en el momento. Se puede comprar para llevar a casa, o se puede disfrutar en el lugar junto a un café o una gaseosa o jugo o cerveza artesanal” agrega Carmela. La confitería permite disfrutar tanto de panificación de masa madre como pastelería en el lugar donde excepcionales presentaciones permite compartir una buen café en un espacio luminoso y cálido.
El emblema del lugar es el pan casero y el pan de masa madre, en sus múltiples formas y tamaños, además del método indirecto que es una elaboración más lenta pero con más natural, rico y sano. “Es una panadería criolla, gauchesca, tradicional y un poco campestre que volara el pan argentino y la pastelería argentina” agrega Carmela.
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