Especialistas ajenos al gobierno, como Debandi y Jennifer Ibarra, expresan que el Estado, en algunas ocasiones, no está o no estuvo presente en momentos claves de la historia mendocina. Como el caso de la rosa mosqueta cuando comenzó a expandirse de manera descontrolada, este debería haber sido el momento en el cual el Estado tendría que haber intervenido para controlarlo.
Por este motivo se consultó con el director de Recursos Naturales Renovables de Mendoza, Sebastián Melchor, quien ratificó que la flora nativa y sus distintos usos que pueden beneficiar a la provincia no es un tema que no esté en agenda. El trabajo del gobierno viene desde hace tiempo.
Melchor habla de dos proyectos en específico que se están realizando con respecto a este tema. El primero se trata del Banco de Germoplasma de la provincia para conservar las especies de flora nativa. Este Banco se puso en funcionamiento debido a que es parte de una estrategia para la conservación de bosques nativos y está financiado con los fondos de la cooperación BID-Cambio Climático. Este proyecto asegura una mayor subsistencia en las especies y una alta efectividad de las semillas de estas, reduciendo así su vulnerabilidad ante adversidades climáticas. Esto a su vez multiplica especies forestales y remedia zonas degradadas o de interés a forestar a futuro.
El segundo proyecto ya fue oficializado y se trata de “La Escuela se Planta Frente al Cambio Climático”. Este tiene como objetivo concientizar la importancia del árbol en la conservación del ambiente promoviendo, a través de la educación, la valoración de las especies autóctonas. También pide un compromiso a las instituciones para realizar su aporte y que incorporen actividades de forestación para la mitigación del cambio climático.
¿Cuál es la responsabilidad de la sociedad?
Para realizar un cambio verdaderamente significativo se necesita una especial participación de la sociedad para que la flora nativa se vuelva una realidad del día a día de la población. Sin embargo, es esencial, en primer lugar, saber cuál es el conocimiento general sobre las especies autóctonas. No solo que las puedan reconocer, sino que también sepan cuáles son sus beneficios para nuestro ambiente y recursos naturales, como el agua.
La gente ajena a la realidad de estas especies realmente no conoce mucho sobre la temática. En una encuesta realizada en una plaza de Mendoza, se pudo demostrar que son muchas las personas que ni siquiera saben cuál es el concepto de “flora nativa”.
Según la encuesta realizada a personas de entre 15 a 75 años, el 40% no conoce el significado de flora autóctona. Por otro lado, hay un 47% del encuestado que sí nombró alguna especie nativa de Mendoza. De ese número se repitió una planta en específico: la jarilla. Casi todos la reconocían como originaria del suelo de Cuyo, lo cual tiene sentido ya que es una planta que por mucho tiempo fue utilizada con fines medicinales y también en comidas, como por ejemplo para condimentar el asado. Actualmente, existe una ley que prohíbe su uso indiscriminado y su extracción de la naturaleza (y el de demás especies silvestres de la provincia); esta ley es conocida por la población en general.
De los 15 encuestados solo uno dijo que posee una planta nativa en su jardín cuando se le preguntó si tenía alguna de estas especies en su hogar. Por la misma línea, el 100% de las personas consultadas expresaron que nunca han adquirido de sus viveros más cercanos alguna especie originaria de la provincia.
Cabe mencionar, que aquellos que reconocían nombres o especímenes no tenían un conocimiento asegurado y dudaban en sus respuestas. Muchas de las respuestas fueron superficiales, pero siempre terminaban con la palabra “creo”. Este no es un dato menor.
Si la gente en general no tiene gran conocimiento sobre el tema, quienes sí están interesados en generar este cambio a partir de las especies nativas, ¿tienen manera de conseguirlas en sus viveros más cercanos?
Se visitaron varios viveros en busca de respuestas, los cuales aportaron valiosa información: lo primero que expresaron sus dueños respecto a esto es que poseen pocos ejemplares autóctonos en el lugar y que la venta de los mismos llega a representar menos del 5% del total. En su mayoría, los viveros tradicionales poseen plantas ornamentales o de interior.
Muchas veces, las personas que se dedican a esto o están interesadas no encuentran quién pueda proveerlos de especímenes nativos ya que son pocos los viveros productores de estos. También existe otra dificultad que tiene que ver con las semillas, en nuestra provincia la obtención de las mismas no es tan accesible, existen menos de cinco lugares donde se producen. La adquisición de las mismas requiere antes ciertos estudios previos para poder ir al campo y extraerlas en tiempo y forma adecuada y su demanda tampoco es tan alta.
De la naturaleza a tu casa
En la actualidad los tiempos están cambiando y los encargados de viveros también lo destacaron: hace un tiempo las plantas nativas no significaban algo relevante, sin embargo, se ha detectado que ahora mismo existe una moda creciente que pone el foco en esta vegetación.
La crisis del agua provocó un click en la mentalidad de una parte de la sociedad, que reconocen que empezar a plantar este tipo de vegetación puede sumar a mejorar la condición actual que se está vivenciando en la provincia. Por ello, las demandas en viveros han empezado a subir. A su misma vez, las personas que disfrutan de tener un jardín en sus patios, pero por el estilo de vida que se vive en estos tiempos no son capaces de mantenerlos, se han dado cuenta de que las características de la vegetación nativa pueden ayudarlos con esa necesidad específica. La flora de Mendoza, como expresamos anteriormente, no necesita de mucha agua para sobrevivir por lo que tampoco es necesario estar atentos todo el tiempo o el recurrir a un jardinero que ayude en su cuidado. Finalmente, en el ámbito del diseño de exteriores y el paisajismo se han empezado a utilizar como elementos de sus trabajos.
Una concientización de la sociedad no podrá ser lograda sin que todos los que la componen puedan entender el tema profundamente, no solo los estudiantes o los maestros. Los beneficios de nuestra flora originaria no son o serán tan solo para una parte de la población, sino que los aportes que da a nuestro ambiente nos benefician a todos por igual. La crisis hídrica que se menciona muchas veces en nuestra cotidianidad no es el único problema ambiental que sucede actualmente, la falta de exposición que tienen otros asuntos como los incendios o deforestaciones de especies nativas tendrían que ser más visibles en la agenda social de la provincia.