Si bien por el momento, solo cerró el local de Palmares y sus empleados fueron reubicados en las otras tiendas que quedaron abiertas, Ligorria aseguró que no hay certeza de que las sucursales que están trabajando lo seguirán haciendo en los próximos meses, contando con el antecedente del cierre en San Rafael.
Por otro lado, los empleados se encuentran en conflicto salarial ya que desde marzo que no se regulariza la situación y la compañía ofrece el pago en dos veces, del cual la primera se abonó y la segunda sigue pendiente.
Compumundo tiene una realidad similar, con pagos atrasados que deben convenir con los empleados la modalidad de su cancelación y el cierre de la sucursal en el centro sanjuanino. Mientras que Ribeiro cerró su sucursal en General Alvear.
Las tres empresas coinciden en la crisis económica, la dificultad de pagar salarios y la intención de achicar sus estructuras.