Barrio cerrado vs barrio integrado: cómo impacta un desarrollo centrado en la comunidad

En Mendoza, el concepto de barrio privado comenzó en los setenta, pero explotó hace aproximadamente 20 años. Según un relevamiento de la Universidad Nacional de Cuyo, sólo hasta 2015 había 300 barrios cerrados en el Gran Mendoza, de los cuales el 60% se urbanizaron a partir de 2004. Pero el auge en la siguiente década fue aún mayor: sólo en Guaymallén se estima que hay actualmente 500 barrios privados.

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Sin embargo, aunque la seguridad sea la gran característica que los une, hay muchas otras que los diferencian. Justamente este mes se cumplen 10 años de Las Cortaderas, pionero en la provincia de un estilo de barrio integrado, generador de comunidad, versus los tradicionales barrios cerrados que se construían hasta ese momento.


“Las Cortaderas #GoEast se diseñó pensando en los pueblos de antes. Es decir, un lugar no sólo para viviendas unifamiliares, sino también plazas recreativas, pistas de salud, un club deportivo y un paseo comercial con servicios esenciales como es un mercado de alimentos. Justamente, la conjugación de urbanizaciones con todos esos servicios es lo que genera la comunidad, donde las familias se realizan socialmente después de llegar de trabajo y del colegio. Personalmente, lo visualicé como un espacio similar a lo que fue mi vida en Km11 cuando tenía 12 años”, recordó Juan Manuel Giménez Riili, gerente de Giménez Riili Desarrollos Inmobiliarios, y fundador junto a su hermano Pablo.

Se trata de barrios con urbanizaciones de excelente calidad (servicios subterráneos, asfalto, Clubhouse), pero con un diferencial: centros comerciales que poseen restaurante, bar, heladería, escuela de fútbol, instituto de inglés, y tiendas, absolutamente abierto a la comunidad en que están ubicados.
Además, el barrio está comprometido con la sustentabilidad (realiza recolección de residuos diferenciada, por ejemplo).

“Durante estos últimos 10 años hemos trabajado activamente con la zona en diversas áreas y de distinta forma. Ayudamos a la Fundación San Martín de Porres a jugar en la Liga Nacional de Vóley; creamos el club Pueblo Nuevo Futbol Club, que ya tiene  más de 150 chicos y próximamente vamos a jugar un torneo nacional a Córdoba; auspiciamos a los jugadores de tenis del barrio para que participen en competencias provinciales; organizamos más  de 100 ferias de artesanos en nuestros paseos comerciales y realizamos mejoras como cunetas, asfaltos, veredas y plantación de árboles en toda la zona, entre otras acciones”, relató Mariana Bustos, encargada de RRHH de la empresa.

Fue justamente esta impronta la que le cambió la cara a Kilómetro 11 -desde hace 10 años incluso retomando el antiguo nombre de Pueblo Nuevo- transformándose en un polo urbano atractivo para los mendocinos. De hecho, el Censo Nacional de 2010 mostraba una población de 19.053 habitantes en la zona, mientras que se calcula que actualmente ese número supera los 22.000.

Por supuesto, esto fue acompañado por un crecimiento comercial de Pueblo Nuevo, ya que reconocidas empresas decidieron invertir en el área. Así es como se instalaron marcas como Vaypol, Nüss, Giuffre Maderas, Friolatina, Herrajes Bauzá, La Fuente Amoblamientos, Banco Nación, Industrias Chirino, etcétera.

“Actualmente, de los más de 1.000 lotes que componen Las Cortaderas, ya se encuentran viviendo más del 50% y hay otro 30% de casas en construcción. Todos los días entran a trabajar más de 2.000 personas sólo a este barrio, generando empleo y promoviendo de esta forma el desarrollo económico de la zona, ya que se benefician todos los comerciantes y profesionales con oficios de Pueblo Nuevo. De hecho, ha crecido tanto la demanda, que en este momento hay escasez de todo tipo de profesiones, incluso de jardineros y empleadas domésticas. Y este mismo fenómeno se está gestando en Rodeo del Medio con el desarrollo de Las Retamas”, asegura Pablo Giménez Riili, a cargo de GH HOUSING, la unidad de negocios del grupo destinada a la construcción de viviendas llave en mano.

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