En el marco de las celebraciones por el Día del Vino Argentino, Bebida Nacional, que todos los años se celebra el 24 de noviembre, el Senado de la Nación distinguió con su Diploma de Honor a Emilio Giaquinta, destacado productor y bodeguero mendocino, así como ex presidente del Fondo Vitivinícola de Mendoza.
En un acto organizado por los senadores por Mendoza, Alfredo Cornejo y Mariana Juri, y celebrado en el Salón Auditorio Emar Acosta y transmitido vía streaming desde Senado TV, el bodeguero y productor vitivinícola Emilio Giaqbuinta fue distinguido con el Diploma de Honor del Senado de la Nación, en un acto presidido por la senadora Jury, el presidente de COVIAR, Mario González, y los vicepresidentes José Alberto Zuccardi y Gustavo Samper.
En la celebración, estuvieron presentes los senadores por La Rioja, Julio Martínez, Víctor Zimmermann de Chaco, Flavio Sergio Fama de Catamarca, Juan Pedro Tunessi, prosecretario del Senado, Daniel Prieto, presidente de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC), miembros del Directorio de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la Argentina (FEHGRA), miembros del Directorio de COVIAR y Bernardo Lanzilotta, presidente del Fondo Vitivinícola de Mendoza.
“Estos son los días más lindos que nos da la política: la posibilidad de homenajear a Emilio, quien me ayudó mucho a vincular el mundo del vino con el turismo gracias a su trabajo e insistencia: Gracias”, afirmó la senadora Mariana Juri, quien destacó el rol del vino como Bebida Nacional dado que representa, como ninguna otra bebida, el empleo en el interior del país, la unión y las inversiones en una cadena productiva cada vez más grande, con la incorporación del turismo y la gastronomía.
Por su parte, Mario González, presidente de COVIAR, resaltó que “es muy importante poder compartir con ustedes este día y este homenaje. Desde COVIAR es muy importante celebrar el Día del Vino Argentino, Bebida Nacional porque somos el primero país productor que tiene al vino como su bebida. Emilio es un orgullo este reconocimiento porque representas a todos y a cada uno de los actores de nuestra vitivinicultura”.
Emilio Giaquinta agradeció el homenaje y la distinción, a la vez que recordó su trabajo como presidente del Fondo Vitivinícola, la recuperación de La Enoteca para convertirla en lo que hoy es: un centro temático del vino en la Ciudad de Mendoza, la creación de la Fiesta de la Cosecha, un evento festivo dentro del calendario oficial de la Vendimia que ya lleva más de 20 ediciones en el viñedo del aeropuerto de Mendoza (el más grande del mundo en una aeroestación) y la realización de los primeros estudios científicos sobre vino y salud, que hoy permiten explicar y difundir las bondades del consumo moderado de vino para la salud cardiovascular de las personas. “Me siento alagado y es un orgullo para mi este premio”, afirmó.
Una vida dedicada a la vitivinicultura
Emilio Giaquinta es parte de un linaje, de una estirpe que ejemplifica cabalmente la trayectoria del vino argentino y su cultura. Heredero de una fuerte tradición familiar que se mantiene hasta la fecha.
La historia inició con José Giaquinta, un siciliano que llegó a la Argentina y se casó en 1915 con María Genovese, quien se desempeñó como contratista de viña en Rivadavia, pasando luego a Tupungato y Las Heras, para instalarse definitivamente en La Arboleda, departamento Tupungato, en Valle de Uco; donde años después y con tierras propias iniciaría la implantación de viñedos de alta calidad enológica.
A don José, doña María y sus hijos: Cayetana, Pascual, Francisco, Juan, Antonio y José, el desierto no les hizo las cosas fáciles, pero no los doblegó. La carencia de agua los obligó a construir una de las primeras perforaciones de la región y como no tenían electricidad se vieron obligados a adquirir 50 hectáreas lindante de campo inculto para hacer el tendido eléctrico desde la ruta Provincial 88, hasta el lugar indicado.
Con los viñedos en producción, las uvas eran comercializadas a bodegas del Valle de Uco hasta que, en 1968, ya con la bodega terminada, realizaron la primera elaboración. Por ese entonces, era un establecimiento trasladista, pero la familia siempre guardó el sueño de la marca propia.
Fue Francisco, Pancho, casado con Nelly Marcotti, con quien tuvo dos hijos: Emilio Martín y Miguel Ángel, quien batalló para que el apellido Giaquinta se convirtiera en marca. Y fue, el 20 de diciembre de 1980 cuando la bodega inició el camino de envasar y vender sus vinos con marca propia. El destino quiso que Don Pancho no viera su sueño realizado, ya que ese mismo día murió, pero el sueño familiar siguió intacto y al año siguiente, también un 20 de diciembre, nació su nieto Pancho, hijo de Miguel, por lo que esa fecha se convirtió en el día fundacional de la bodega Giaquinta.
Emilio y Miguel, después de completar sus estudios en Mendoza, regresaron a sus orígenes para apoyar a su padre en las tareas de los viñedos y la bodega familiar (ya que la mayoría de los hermanos de don Pancho fallecieron muy jóvenes). Siempre fueron hombres comprometidos con su lugar: Miguel fue presidente de la cámara de Turismo de Tupungato y miembro de la comisión que construyó el monumento Cristo Rey. Emilio que nació el 17 de agosto de 1948, luego de contraer matrimonio con Gina Carola Coppari, pasó por distintas actividades vinculadas directamente con la agricultura, la vid y el vino; formando parte de la cámara de agricultura, industria y comercio del valle de Tupungato como también de la Sociedad Rural del Valle de Uco. Integró la comisión de lucha antigranizo, junto a las cámaras de Tunuyán y San Carlos. Además, fue miembro fundador de Ucovin, entidad que lleva 29 ediciones evaluando los vinos del Valle. Participó del comité vitivinícola de Mendoza hasta concretarse el acuerdo Mendoza San Juan, naciendo de esa forma el Fondo Vitivinícola Mendoza, una entidad pública no estatal, en la cual ocupó primero la secretaria, luego la tesorería y, por último, la Presidencia.
Desde el Fondo, Emilio trabajó incansablemente para concretar un manual de vitivinicultura; como presidente del Fondo recibió en administración La Enoteca a la cual le dio el valor patrimonial histórico que merecía. Promovió estudios sobre vino y salud, la promoción institucional del vino, la construcción del viñedo del Aeropuerto y la primera fiesta de la cosecha realizada en el año 2003.
Emilio Giaquinta dejó la presidencia del Fondo Vitivinícola para integrar la Asociación camino a las nieves y del vino nuevo, cuyo objetivo fue construir en la Ruta Provincial 89 los puentes de la primera etapa con el aporte privado de los productores del lugar, uniendo Tupungato con el Manzano Histórico, y el alambrado de la ruta 86, los cerrillos.
En el año 2015 recibió la distinción legislativa Don José de San Martin y el viernes 10 de noviembre del este año fue distinguido a la trayectoria por la CIAT - Cámara de Tunuyán. En lo empresarial, Familia Giaquinta además de la elaboración y embotellado de sus vinos, se dedica al enoturismo, con las certificaciones Sigo, Directrices y la aprobación del Emetur.
Con apoyo de hijos y nietos, el proyecto familiar que se inició en el 1915 se recrea y fortalece actualmente en las distintas áreas, con la quinta generación de los Giaquinta al frente de la empresa.
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