Basado en una serie de investigaciones, el profesional se explaya en el valor de las competencias blandas y la importancia de que las compañías tomen conciencia de este único camino.
¿Cómo se transformó el liderazgo a partir de la pandemia?
Cambió el mundo y cambiaron las personas. La situación pandémica interpeló el ser. Cambió todo. La manera en ver el tiempo en que distribuimos nuestras vidas. Por eso las organizaciones debemos reformular qué contexto organizacional le damos a las personas. Por eso es interesante que se habla del bienestar, porque las personas comienzan a privilegiar otras cosas.
Hace tiempo que se habla de la felicidad en las organizaciones y todo esto se potenció después de la pandemia porque lo que paso es que este atravesamiento del ser por el covid-19 puso a todos al límite.
La oficina pasó a la casa, se experimentó algo que no se estaba acostumbrados. Muchas empresas se negaron a la virtualidad, las que estaban preparadas para afrontar este cambio son las que pudieron reponerse rápidamente, pero en el camino quedó mucha gente afuera, por eso el desafío es empresas más flexibles. Se fortalece la corresponsabilidad entre varones y mujeres y eso permite ponerlos en la misma línea de partida.
Hablaste de la voz y el activismo….
Como las personas se interesan por las decisiones que toman las organizaciones en función de determinados temas el cuidado del ambiente, el rol de la mujeres, empresas diversas e inclusivas, diversidad sexual, tratamiento de adultos mayores. Eso habla de los valores de la organización.
¿Qué significa el cambio de ecuación en este nuevo modelo laboral?
Hoy el talento elige donde trabajar y no son las empresas las que toman la decisión por las personas. Cuando vos tenés la decisión de decir en que empresa quiero trabajar. Porque se evalúan las competencias técnicas y las competencias blandas de una persona son las que le hacen tener un perfil interesante y es tentada por muchas empresas en el mundo laboral. Esa persona va a elegir a qué empresa ir, la cual la sienta mejor representada, que tenga flexibilidad y alienada con mis propósitos y mis valores. El desafío está en los líderes empezara a entender este cambio.
¿Cuáles son las competencias que se requiere para el liderazgo?
Son competencias blandas como empatía, inteligencia, honestidad e integridad, esta es la base hace más sostenible todo: los negocios y la cultura en la compañía. Se suman la capacidad de aprender cosas nuevas y la resiliencia. Esto que parecen competencias demasiadas blandas, pero son las que hacen la diferencia de los verdaderos líderes exitosos. La humildad por ejemplo es una competencia muy valorada ahora que en el antiguo modelo de líder no encajaba. El líder que sabe tomar decisiones es el que no todo lo sabe, sino que consulta, íntegra y tiene la capacidad de valerse de otro para tomar decisiones. Hay una tendencia de un trabajo más colaborativo, estructuras menos rígidas. Hay empresas que la vieron venir y están adaptadas a ese cambio. Todavía hay gente que piensa que hay que volver a la presencialidad absoluta.
¿La “no presencialidad” que nos impuso la pandemia fue el punto del cambio para este nuevo modelo de líder?
Una de las mayores consultas que tuvimos en la pandemia fue justamente como se hacía para liderar equipos remotos. Justamente porque la gente entiende el concepto antiguo del liderazgo es controlar. Y no es controlar sino empoderar al otro. Poner objetivos claros y dar libertad de hacerlo. Hay un cambio fuerte en lo que se entiende por liderazgo y ese cambio impacta en la productividad de las compañías al hacer empresas más atractivas. Todo este encadenado.
¿Qué pasa con los que están en la línea primaria de producción? Esos que tienen que cumplir horarios porque el tipo de trabajo demanda presencialidad.
No es solo industria de manera remota. Esto impacta a la industria en sí misma. Hay que ser creativos en función de eso. Las personas que están en línea de producción están en el mismo camino y requieren políticas de flexibilidad. Brindar días para que se sientan más felices, para acompañar a sus hijos a un acto, política extendida para padres, etc. Hay mucho por desaprender y volver a aprender.
¿Cómo se evalúan las habilidades blandas?
Desde evaluaciones psicométricas que se hacen virtuales, inteligencia artificial para detectar competencias. Y después incidentes críticos es decir poner en distintas situaciones que visibilizan determinadas competencias como flexibilidad, empatía. Hasta se pueden trabajar para ser desarrolladas con coaching.
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