Se trata de una inversión de la provincia de casi 14 millones de dólares, representa la posibilidad de llegar con agua apta para bebida de ganado a miles de hectáreas ubicadas entre los departamentos de San Rafael y La Paz.
La Dirección de Ganadería de Mendoza especificó que el acueducto ganadero abastecerá de agua potable a 89 explotaciones agropecuarias e irrigar una superficie total de 434.580 hectáreas, ubicadas al norte del río Diamante y de la Ruta Nacional 146.
“Se ha realizado la perforación del reservorio de donde se irriga el agua, y se ha avanzado en los primeros 10 kilómetros de cañerías por donde se trasladará. También están hechas las pruebas hidráulicas de estos primeros kilómetros del tendido y todo está avanzando muy bien, incluso más rápido de lo planificado”, adelantó Damián Carbó, director de Ganadería de la provincia.
Vale destacar que la construcción y operación del acueducto propone una distribución estratégica de agua apta para bebida de ganado, lo que permitirá mejorar la competitividad del sector ganadero e incrementará la productividad y la sustentabilidad de la explotación.
“Estas son de esas obras estratégicas que cambian la realidad de nuestros productores. La vaca tiene una tolerancia a la sal que va del 0 (casi destilada) a 11 gramos. Mendoza cuenta con muy pocos lugares con estas características. Un ejemplo de ello es la zona de Punta de Agua, a la orilla del cerro Nevado, o bien la cordillera”, detalló Carbó.
Sobre este último punto, el funcionario remarcó: “En la zona Este de la provincia tenemos alta concentración de sal. La vaca puede tolerar hasta un máximo de 11 gramos. Si las combinaciones de sales no son altas en sulfato y no superan los 2 o 3 gramos, serían las condiciones óptimas para desarrollar la ganadería. Cuando se superan estas cifras, comienza a ser un agua restrictiva para la hacienda afectando considerablemente los índices productivos. En nuestro caso, se manifiesta con una reducción del índice de preñez de la vaca”.
Por otro lado, si la presencia de sal supera los 8 y hasta 11 gramos, el animal sobrevive pero no se reproduce. “Invertir en cambiar la calidad del agua es invertir en la productividad de las zonas alcanzadas por estas obras. Con mejor calidad de agua, el animal logra reproducirse más y, a su vez, el ternero logra un mejor peso al momento del destete”, justificó Carbó respecto de la inversión que la Provincia está haciendo en los acueductos.
Cabe destacar el impacto positivo que ha generado en la actividad ganadera en aquellas zonas productivas irrigadas por el acueducto Bowen-Canalejas. “Este acueducto ya está en marcha y permite llegar con agua de calidad a 225 beneficiarios distribuidos en un total de 984.200 hectáreas. Se invirtieron un total de 11 millones de dólares para llegar con este vital elemento a través de 606 kilómetros de cañerías” agregó Carbó.
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