En los últimos años, tanto a nivel nacional como provincial, se han impulsado leyes para mejorar el panorama para quienes apuestan por proyectos mineros. Entre ellas se destacan dos pilares fundamentales: la estabilidad fiscal a largo plazo (es decir, no cambiar las reglas del juego impositivo durante décadas) y la adhesión a regímenes que ofrecen beneficios concretos a quienes invierten.
A través de la Ley 24.196, Argentina garantiza a quienes desarrollan proyectos mineros que, durante 30 años, no se les aumentarán impuestos ni se les impondrán nuevos. Mendoza adhirió a esta ley, lo que significa que también ofrece esa estabilidad.
Pero eso no es todo. En 2024, la provincia se sumó a un programa nacional llamado RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones), que otorga beneficios especiales para emprendimientos que superen los 200 millones de dólares. En la feria minera internacional PDAC 2025, Mendoza presentó este régimen como su carta fuerte para atraer inversiones de gran escala.
A pesar de estas señales positivas, la provincia todavía tiene desafíos por delante. A diferencia de otras como San Juan o Jujuy, Mendoza no ha eliminado algunos impuestos locales que pesan sobre la actividad minera, como el Impuesto a los Ingresos Brutos o el Impuesto de Sellos. En su lugar, propone esquemas de reintegros o créditos fiscales que, aunque útiles, resultan más engorrosos.
Además, la forma de calcular la regalía minera (lo que las empresas pagan por extraer el mineral) todavía genera dudas. Mendoza ha manifestado su intención de que esta regalía se calcule sobre la ganancia real del proyecto y no sobre el valor bruto del mineral, algo que la diferenciaría positivamente. Pero eso aún no se ha plasmado claramente en una ley.
En resumen: Mendoza tiene potencial, ha dado pasos importantes y está en el radar de grandes inversores, pero necesita seguir afinando su régimen tributario para estar a la altura de otras provincias más experimentadas en minería.
Porque en un mundo que busca minerales estratégicos como el cobre o el litio, el que ofrezca condiciones claras, simples y estables será el que se lleve la inversión. Y Mendoza tiene con qué.
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