El anuncio se realizó en el Andino Club de Tunuyán, en el corazón del Valle de Uco, región que también será parte clave de la iniciativa como referente internacional del vino argentino. La propuesta —ya presentada durante la última Vinexpo Explorer— busca posicionar a Mendoza como capital mundial del vino y la innovación, integrando cultura, tecnología, turismo y gastronomía en un solo punto neurálgico.
Un hub del vino con mirada global
“La Ciudad del Vino facilitará la visibilidad y comercialización de pequeñas y medianas bodegas. Mendoza actualmente no cuenta con un espacio integrador que concentre su potencia vitivinícola, y esta iniciativa viene a dar respuesta a las oportunidades del sector”, destacó Costarelli durante la presentación.
Además subrayó que el proyecto será un hub central en la ruta del vino, complementando las visitas a bodegas con una propuesta cultural y tecnológica de primer nivel. “Es un punto de encuentro entre todas las zonas vitivinícolas, que genera sinergia con la gastronomía, la cultura, el turismo de negocios y los eventos internacionales”, explicó.
Tecnología, patrimonio y experiencias inmersivas
Uno de los ejes más innovadores de la Ciudad del Vino será su museo interactivo, proyectado como el espacio del vino más avanzado tecnológicamente del país. Tendrá experiencias inmersivas con realidad aumentada, hologramas y simulaciones interactivas, permitiendo al visitante recorrer la historia, el proceso productivo y la cultura del vino mendocino desde una perspectiva multisensorial.
Además, la propuesta rescata y pone en valor el patrimonio histórico de la antigua Bodega Arizu, fusionando su legado industrial con una visión contemporánea del turismo cultural y tecnológico.
Impacto turístico y económico
El proyecto tendrá un fuerte impacto en el turismo de alta gama, atrayendo visitantes de Estados Unidos, Brasil, Reino Unido, Francia, Alemania y las principales ciudades argentinas como Buenos Aires y Córdoba. Se espera que la iniciativa impulse mayor gasto promedio por visitante, mayor estadía y, sobre todo, la desestacionalización del turismo con actividades y propuestas permanentes durante todo el año.
En términos económicos, la Ciudad del Vino se proyecta como motor de generación de empleo y nuevos negocios locales, con un efecto multiplicador sobre la gastronomía, la hotelería, las artesanías y los productos gourmet.
Ecosistema colaborativo y proyección internacional
Más allá de su atractivo turístico, la Ciudad del Vino apunta a consolidar un ecosistema colaborativo entre productores, artistas, emprendedores e inversores. El objetivo: promover la articulación público-privada como base del desarrollo mendocino y posicionar a la provincia en el mapa mundial del vino y la innovación.
Costarelli remarcó que “esta iniciativa no solo impulsa el turismo y la economía, sino que reafirma la identidad de Mendoza como tierra de vino, creatividad y progreso”.
Con esta apuesta, Godoy Cruz se prepara para escribir un nuevo capítulo en la historia vitivinícola de la provincia, uniendo tradición, tecnología y cultura en un mismo espacio que promete proyectar el espíritu del vino mendocino al mundo.
¿Cómo será la futura Ciudad del Vino en Godoy Cruz?
El proyecto se levantará en el predio de la ex Bodega Arizu, actualmente Espacio Arizu declarado Monumento Histórico Nacional y ubicada en Godoy crcuz. El “hub” incluirá un museo del vino de avanzada, espacios culturales, gastronómicos, tecnológicos y de negocios vinculados al mundo vitivinícola.
El recorrido de la experiencia inmersiva comienza descendiendo arquitectónicamente hacia las cavas históricas de la bodega, lo que le da un carácter subterráneo y simbólico del proceso del vino.
Características tecnológicas y de experiencia
Se prevén instalaciones con realidad aumentada, hologramas, proyecciones 3D, pantallas LED, sonido envolvente e inteligencia artificial para llevar al visitante a una experiencia multisensorial.
También habrá una app móvil / guía digital (audio-guía) mediante QR, con contenido en varios idiomas (español, inglés, portugués y potencialmente alemán, francés) para facilitar visitas internacionales.
El museo integrará conocimiento histórico del vino argentino, con énfasis en Mendoza, así como un homenaje al legado industrial de Bodega Arizu.
Patrimonio y cavas subterráneas
Las cavas históricas (ubicadas bajo la nave principal) serán parte clave del recorrido: se recuperará el patrimonio, incluyendo las piletas/tanques antiguos y las galerías subterráneas como espacio narrativo.
En la fase de restauración del predio ya se ha avanzado en la limpieza, refuerzos estructurales, el reacondicionamiento de techos y muros, preservando elementos originales.
¿Cómo se potenciarán las cavas subterráneas?
Las cavas, que originalmente cumplían la función de almacenamiento y crianza del vino, serán espacios experienciales: con proyecciones, luces especiales, juegos de audio e inmersión que recreen la historia del vino, la evolución tecnológica y el terroir mendocino. La subida o bajada (según el diseño) por escaleras hacia esos espacios subterráneos simboliza el descenso “al corazón” de la bodega y el vino, lo que da un valor emocional y turístico añadido. Al integrarse tecnología avanzada, las cavas funcionarán también como auditórium, salas de exposición, eventos especiales además del museo, generando un uso híbrido (turístico + cultural + empresarial).


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