Comercio minorista mendocino: caída real pese al ticket nominal
El informe de CAME revela que el ticket promedio en la fecha se ubicó en $ 37.124, lo que representa un incremento nominal de 9,8 % frente a los $ 33.819 de 2024. Sin embargo, al ajustar por inflación, la variación real es negativa en 16,7 %. Esto indica claramente que, aunque nominalmente las cifras suben, en términos de poder adquisitivo las familias mendocinas —y argentinas en general— compraron menos o productos de menor valor.
El uso de descuentos, cuotas sin interés y promociones fue amplio: 83,5 % de los comercios aplicó estas estrategias. Aun así, la contracción del consumo real continuó. Analizando por rubros, los bienes durables (electrodomésticos y aparatos para el hogar) retrocedieron 8,4 % real, la indumentaria cayó 5,3 % real, mientras que calzado y marroquinería mostró una leve mejora de 1,8 %. Solo el rubro tecnológico creció en términos reales (+15,7 %), impulsado por el recambio de dispositivos y financiación.
En Mendoza, esto se traduce en que muchas familias prefirieron priorizar experiencias más económicas, o bien optar por salidas y regalos menos costosos, antes que compras de alto valor. Por lo tanto, el Día de la Madre fue una fecha que movilizó algo de demanda, pero no funcionó como un gran impulsor del consumo de la provincia.
Comercio electrónico: la gran ganadora en contraste
En paralelo, los datos del canal online muestran una tendencia opuesta. Según la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE), el comercio electrónico en Argentina facturó $ 22.025.462 millones de pesos en 2024, lo que representa un crecimiento del 181 % interanual —muy por encima de la inflación registrada. Además, para el primer semestre de 2025 se reportó una facturación de $ 15.317.918 millones, un aumento del 79 % frente al mismo período del año anterior.
Si bien estos datos son nacionales y no específicamente mendocinos, permiten inferir que gran parte del consumo “no visto” en el comercio físico pudo estar migrando al entorno digital. Con un público cada vez más habituado a comprar online, y con promociones, envíos y retiros que se adaptan al interior del país, Mendoza no fue la excepción a esta tendencia. Esto sugiere que, aunque el comercio local abierto registró caídas, muchas transacciones podrían haberse realizado vía web, en plataformas de e-commerce o incluso retiradas en tienda.
Gastronomía y salidas: la elección de la experiencia
En cuanto al rubro de restaurantes, bodegas y salidas familiares, la sensación general en Mendoza es que la fecha funcionó mejor que para el comercio minorista tradicional. Por ejemplo, un relevamiento publicado indica que las bodegas mendocinas ofrecieron menús especiales de entre $ 12.500 y $ 75.000 por persona para el fin de semana del Día de la Madre.
Además, la guía oficial de la provincia señalaba que la celebración se extendió desde el sábado, con brunchs, salidas y propuestas para todos los gustos.
En este sentido, los restaurantes y espacios de esparcimiento parecen haber captado una parte del gasto que quizá el comercio tradicional no logró alcanzar: la apuesta por experiencias —una comida especial, ambiente, vino, paseo— resultó más atractiva que una compra material de alto valor.
¿Qué deja el Día de la Madre para Mendoza?
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En el comercio minorista de bienes, la caída real del consumo sigue siendo una constante: la fecha no logró revertir ese ciclo.
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El canal online continúa siendo un refugio de crecimiento: la digitalización del consumo avanza y Mendoza debería seguir adaptándose a esa realidad.
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Las salidas, experiencias y el segmento gastronómico tienen mayor dinamismo, lo que sugiere que las familias están priorizando regalar vivencias antes que productos de alto valor.
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Para los comerciantes mendocinos, el desafío está en repensar su estrategia: promociones agresivas pueden atraer flujo, pero también comprimen márgenes; la clave estará en combinar valor agregado, experiencia y eficiencia.
El Día de la Madre 2025 en Mendoza fue de movimiento moderado, más inclinado hacia experiencias y compras digitales que hacia un auge de consumo en el comercio físico tradicional. La despedida de la “gran fecha que lo impulsa todo” parece haberse concretado: hoy, el consumidor busca diferenciarse por cómo celebra más que por cuánto gasta.
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