En Argentina está presente en el norte del país y se reconocen tres variedades de Torrontés: Riojano, Sanjuanino y Mendocino. Torrontés Riojano es una variedad de uva blanca aromática que produce un vino seco con un distintivo sabor a moscatel. Los otros dos tipos de Torrontés: Sanjuanino y Mendocino, son de menor calidad enológica. Asimismo, se registró 9.436 ha cultivadas en el 2021. La cantidad de hectáreas cultivadas disminuyó un 10% en los últimos 10 años, aunque su comercialización creció en el mismo periodo un 24.5%. El 37% de su producción se exporta y el resto es para el mercado interno.
El origen de los cultivares del Torrontés ha sido objeto de especulación porque los esfuerzos por relacionarlos con las variedades europeas han sido infructuosos. Mediante un estudio de ADN se logró caracterizar estos tres cultivares e intentar aclarar su origen. Se encontró que las tres variedades son distintas. Los resultados indicaron, con un alto grado de probabilidad, que Torrontés Riojano y Torrontés Sanjuanino son progenie de un cruce entre Muscat de Alejandría y Criolla Chica y que Torrontés Mendocino también es probable que sea progenie de Muscat de Alejandría, aunque el otro padre no ha sido identificado.
Torróntes Riojano, calificado como el de mayor calidad enológica, es el que tiene mayor difusión en el encepado nacional y produce los mejores vinos regionales. Es óptimo para la elaboración de vinos aromáticos. Esta variedad se adapta muy bien a todas las zonas y es el Torrontés más cultivado en el país (principalmente en la región noroeste). Es la variedad blanca emblemática de Argentina. Torrontés Riojano se caracteriza ampelográficamente por sus hojas grandes, contorsionadas, gruesas, con abundante lanosidad en la faz inferior. Sus racimos son grandes, de bayas esféricas, amarillo doradas, con una tonalidad característica y de un perfume particular.
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