Uno de los conceptos clave es el de Sistema. Todas las organizaciones son un conjunto de recursos y personas que interactúan y se afectan entre sí, en busca de una transformación que genere un resultado. “La visión holística o sistémica de las empresas nos ayuda a analizar de manera conjunta todos los fenómenos que acontecen dentro de ella, permitiéndonos encontrar las causas de la mayoría de los conflictos que ocurren a diario” afirma Diego Videla, Licenciado en Administración con Especialización en Psicología Organizacional e integrante de 384 Group Cuyo.
Muchos de estos inconvenientes son producto de deficiencias en las relaciones, sobre todo en aquellas que sustentan la buena comunicación en las empresas. Para el Lic. Diego Videla, es acá donde aparece un segundo concepto muy importante, el de comunidad, que en las empresas puede ser traducido a equipo. Este concepto de comunidad de personas permite que exista una identidad compartida, relación de pertenencia, unión, objetivos e intereses comunes, y preocupación por los demás, sostenido por el sentimiento de que formamos parte de una misma cosa.
Entonces, el planteo que necesitan hacerse las empresas, en este sentido, es la capacidad para crear comunidades de empleados que compartan metas y objetivos, y se preocupen por el bienestar de sus compañeros, bajo la premisa de que todos forman parte de un mismo sistema y que cualquier acción que realizan afecta a todos los demás, de forma directa e indirecta, repercutiendo finalmente sobre uno mismo.
Crear buenos climas laborales aumenta la productividad de los colaboradores, fundamentalmente porque reduce algunos índices que representan grandes costos para las organizaciones, como el ausentismo y la rotación de personal, ya que la gente acude contenta a sus trabajos. Además, porque mejora la capacidad de trabajo en equipo y favorece el liderazgo efectivo, potenciando los resultados de todos los integrantes.
La pregunta clave tal vez radique en cómo hacer para crear estos ambientes de trabajo favorables. Suele caerse en el error de querer compensar deficiencias en el clima laboral con premios o incentivos monetarios, bajo la falsa creencia de que un poco más de dinero mejorará el ánimo de nuestros colaboradores. Según estadísticas publicadas por Edenred.es, el 89% de las empresas afirma que sus empleados cambian de empresas en busca de incremento salarial, sin embargo, sólo el 12% de los empleados gana más en sus nuevos puestos de trabajo.
“Si bien es fundamental que la remuneración que las personas perciben por su trabajo sea suficiente para que sus necesidades básicas se encuentren satisfechas, esto por sí solo no alcanza para incentivarlos. Para ello son necesarias otro tipo de acciones, que muchas veces pueden resultar más sencillas de lo que a priori parecen, pero que ayudan a crear este sentimiento de comunidad entre todos los integrantes de la organización, construyendo estos vínculos humanos entre ellos”, aporta Diego. De esta forma podrían tomarse medidas como fomentar espacios de interacción informal que promuevan la camaradería (celebraciones, festejos), incorporar rituales para el reconocimiento de los logros, flexibilidad horaria que permita un equilibrio entre vida laboral y personal, incentivar el buen trato y la comunicación eficiente entre compañeros y con jefes, abrir espacios de participación para tener en cuenta la opinión de los empleados en determinados asuntos, escuchar sus inquietudes y apoyarlos en sus problemas personales, entre otras.
Pensemos en el crecimiento de la empresa. Las estadísticas indican que el 77% de los trabajadores afirma que se implicarían más en sus puestos de trabajo si sintieran que sus logros son reconocidos; mientras que el 68% de los consumidores no volvería a comprar un producto o servicio si no ha recibido un buen trato por parte de sus empleados. Todo lo anterior, sumado a acciones como capacitaciones que ayuden a profesionalizar la gestión y permitan la formación, planes de carreras con igualdad de oportunidades para todos y todas, definición precisa de estructuras, objetivos, responsabilidades y procedimientos, etc, ayudarán a tener ambientes de trabajo sanos, de respeto, baja conflictividad, reglas claras y crecimiento. Y sobre todo a generar el compromiso necesario en los colaboradores para que se sientan parte importante de la empresa, y la sientan suya, su segunda casa
En ese sentido, Diego Videla cierra con una reflexión. La situación que nos impuso la pandemia por COVID 19 nos ha dado la oportunidad, de hacernos una pregunta (entre tantas otras), y sobre todo en aquellas empresas en las que las actividades estuvieron suspendidas o se reemplazó el trabajo tradicional por Home Office: ¿Qué tan ansiosos estaban nuestros empleados por volver a nuestra empresa? Y esto podemos trasladarlo al día a día de cualquier organización, preguntándonos ¿Qué tan favorable es el clima organizacional como para que cada día nuestros empleados se levanten con ganas de venir a trabajar?
*Mariángeles García, economista, docente universitaria e integrante de 384 Group Cuyo.
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