El texto de la ordenanza destaca que el aceto balsámico, “producto completamente natural, sin conservantes ni colorantes”, se ha transformado en un emblema de la gastronomía mundial. Su auge en la cocina gourmet impulsó el crecimiento de la producción local, con Maipú como epicentro gracias al trabajo pionero del enólogo Gabriel Guardia, de la firma Corazón del Lunlunta.
Gabriel Guardia, especialista en aceites y aceto balsámico, explicó: “Desde el siglo XVII hasta la actualidad la única sede del aceto balsámico en el mundo era Módena y nosotros nos encargamos de traer el verdadero aceto balsámico a Mendoza. Vamos por Maipú para que sea el Módena del mundo, buscando la IG (denominación geográfica) que promete cosas más importantes para el departamento y para la provincia”.
También recordó: “Cuando estuve en Módena en el año 2012, y probé por primera vez el aceto balsámico noté que tenía un proyecto muy grande por delante. En aquel momento empezamos a desarrollarlo, pero siempre faltaba más, hasta hoy que nos dimos cuenta de que la manera de lograrlo está en crear una denominación geográfica y no pensar más en aceto balsámico de Módena si no pensar en Aceto Balsámico de Maipú”
Por su lado, el intendente Matías Stevanato recalcó: “Esta declaración no solo valoriza nuestro patrimonio gastronómico, sino que también genera nuevas oportunidades para los productores y atrae turistas que buscan sabores auténticos. Desde el municipio, seguiremos apoyando estas iniciativas que potencian nuestra identidad y crean trabajo local”.
La propuesta no sólo consolida a Maipú como destino de enoturismo y gastronomía. Con el respaldo del municipio, bodegas y emprendedores, el aceto balsámico se suma a los atractivos que posicionan a Maipú como un valle de sabores y experiencias únicas.

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