Para ir a lo concreto, la empresa mendocina INAP está desarrollando productos que se utilizan para la higiene, sanitización y desinfección de las bodegas que elaboran vinos orgánicos. Se trata de una compañía situada en la zona industrial de Rodríguez Peña que se dedica, justamente, a la fabricación y comercialización de productos químicos que sirven para realizar el proceso de limpieza en distintas industrias.
Actualmente, están trabajando en estos nuevos productos que buscan ser una solución para las distintas bodegas que realizan vinos orgánicos, tanto para su importación como para su exportación. Así es que el ingeniero químico de INAP, Fernando Muñoz, cuenta cuáles son los principales beneficios de su utilización y profundiza sobre la tendencia internacional a cuidar los recursos naturales.
“Cada vez es más marcada la tendencia a preservar los recursos naturales, a cuidar el medio ambiente y a consumir productos obtenidos a partir de materias primas, sustancias y procesos naturales. Ese es el concepto general. ¿Cómo lo acompañamos nosotros desde INAP? Ofreciendo productos de higiene, limpieza y desinfección que se ajusten a esto”, comienza introduciendo Muñoz.
Tal cual explica el profesional, es Senasa el que se encarga de regular todas las actividades de producción orgánica que no sólo hacen a la viticultura sino también a la agricultura, ganadería, apicultura, etc. Dentro de este panorama, en lo que hace a “productos de limpieza y desinfección para instalaciones (bodegas, por ejemplo), hay un listado de sustancias que están aprobadas y habilitadas para poder ser usadas dentro del concepto de preservación de los recursos naturales y del medio ambiente”, agrega el ingeniero.
La certificación orgánica de toda la cadena de producción
“Todos nuestros productos tienen una determinada formulación y sus componentes están constituidos por sustancias aprobadas para la producción orgánica. Entonces, no es sólo el proceso de fabricación de nuestros productos, sino también de las materias primas que nosotros utilizamos para realizarlos”, remarca el ingeniero Muñoz.
En este sentido, quien también aporta su mirada respecto a la importancia de que las bodegas utilicen estos productos en sus establecimientos, es Gonzalo Palleres, dedicado al área Ventas: “El producto es como una receta y cada componente de ella debe también alcanzar la certificación para que sea verdaderamente orgánico”.
Además, Palleres también destaca el impacto que su utilización tiene desde lo ecológico; “aportan fundamentalmente para cuidar el medio ambiente, reducir la huella de carbono y preservar los recursos naturales. Al tiempo que ayudan a bajar las concentraciones de alcalinidad”, indica.
El ahorro de agua
Jesús Chaile, asesor comercial de INAP, brinda también su análisis respecto a los mencionados productos. Puntualiza, para contextualizar, que hay muchas empresas que ofrecen detergentes formulados con materias primas que derivan del petróleo “y cuando necesitás un producto que cumpla con los requisitos que hacen al tema orgánico, esto no puede suceder”, remarca.
“Junto a la persona del laboratorio, hicimos un análisis y observamos que deriva de una planta el componente principal, por eso va bien con el perfil del producto y lo certificó Senasa. Es un detergente con una formulación permite que sea fácil de enjuagar y, por ende, se ahorra agua al momento de utilizarlo. Con el desinfectante sucede lo mismo”, destaca Chaile.
En cuanto a la recepción por parte de las bodegas, quien se dedica a la comercialización, cuenta que el jefe de la bodega Domaine Bousquet (Valle de Uco) se comunicó con él porque estaban buscando un producto de este tipo. Al igual que desde el equipo de enólogos de Ruca Malen, por citar dos ejemplos concretos de los resultados que están dando los desinfectantes.
Finalmente, el gerente comercial de INAP, Ricardo Vila, subraya que la industria vitivinícola que desarrolla la parte orgánica, tanto en Mendoza como en el resto del mundo, tiende cada vez más a utilizar recursos renovables y a minimizar el impacto sobre el medio ambiente de todos los efluentes que generan las industrias.
“Ofrecemos una ventaja competitiva importante. Es un valor agregado porque el mundo va hacia la sustentabilidad y cada vez son más las bodegas que, para exportar sus vinos, están pidiendo este tipo de certificaciones que responden al concepto orgánico. El recurso más importante y escaso que tenemos en Mendoza es el agua, así que todos están apostando a alternativas que colaboren en su cuidado. En una bodega, necesitás agua para todos los procesos. El uso de nuestros productos, aporta en la reutilización y en todo el proceso productivo en sí”, se explaya Vila para concluir.