Esta temporada de invierno fueron más de cinco millones las personas que apostaron por el turismo nacional, encontrándose entre los destinos más elegidos la provincia de Mendoza.
Según datos oficiales, durante las tres semanas del receso invernal ingresaron 350.000 turistas a la provincia de Mendoza, siendo la nieve, los ejes gastronómicos y las experiencias turísticas y enoturísticas los principales atractivos.
En este contexto, la demanda de personal para el sector turístico volvió a mostrar indicadores en alza en la provincia. Pero fueron las bodegas las que dieron la nota, ya que con el boom del turismo salieron a reconvertirse y aprovechar el interés de la gente por viajar, conocer y vivir al aire libre. "A diferencia de otros años, esta temporada vimos cómo las bodegas han buscado personal para servicios de guía de turismo, gastronomía y entretenimiento para abrir nuevas líneas de negocios desde cada una de las fincas de la región de cuyo", expresa Fernanda Bazán, Ejecutiva de Cuentas de Grupo Gestión. “Los viñedos comenzaron a pedir perfiles que históricamente eran más afines al rubro de hotelería y agencias receptivas, en un mercado que está mostrando lugar para todos", agrega.
Uno de los perfiles más buscados, según datos de Grupo Gestión, han sido los guías de turismo, cuyos conocimientos y formación permiten a las bodegas armar y desarrollar los recorridos por las plantaciones y sus instalaciones, maximizando la experiencia del visitante.
Algo similar ocurrió también con el personal de cocina, que entre los perfiles más demandados estuvieron los cocineros, ayudantes de cocina y personal para servicios de atención al público, dado que algunas bodegas abrieron al turista su espacio más allá de la producción y exportación de vinos.
Otras de las búsquedas que más se incrementaron fue la de transportistas, para dar soporte a estos nuevos servicios ofrecidos por las bodegas y también para cubrir el aumento de demanda recreativa que hubo en la provincia, que tuvo un promedio de 95% de ocupación.
Pero lo nuevo no le restó lugar a los empleos tradicionales del sector vitivinícola, ya que otro de los puestos más buscados fue el de operarios de bodega y obreros de viña para llevar a cabo la poda y atada, procesos fundamentales para el crecimiento de la planta de cara a futuras cosechas, además del fraccionamiento y producción de vinos.
“Sin dudas el turismo y sus distintos modelos de negocio impulsan tanto el empleo eventual cómo las contrataciones de más largo plazo. Esto se presenta como una oportunidad para que más gente pueda hallar una ocupación registrada”, concluye Bazán.