Existen varios métodos de protección y acciones de mantenimiento que ayudan a evitar daños causados por condiciones meteorológicas adversas. Una es la preventiva, que tiene que ver con la elección de las labores culturales y la otra es la protección activa.
“Entre los métodos de protección activa se encuentra el riego por aspersión. Este sistema de protección tiene como finalidad mantener los cultivos por encima de su temperatura crítica. Las ventajas son varias: el consumo de energía de los aspersores es considerablemente más bajo que el utilizado para la protección de heladas con estufas y, por consiguiente, los costos de funcionamiento son más bajos. La necesidad de mano de obra también es inferior respecto de otros métodos, y es relativamente no contaminante. Esta protección puede realizarse a través de riego sobre los árboles o riego bajo los árboles”, afirma Sebastián Halpern, CEO de Masteragua, empresa con gran experiencia en riego agrícola que comercializa e instala sistemas de riego antiheladas Rainbird (modelos LXF 600, LFX 1200 y LFX 2400).
Pero, ¿cómo protege el agua a los cultivos? Un gramo de agua al congelarse cede 80 calorías. Este es uno de los principios básicos del riego antihelada, y por lo tanto, la aplicación de agua sobre la parte vegetativa de los cultivos cuando la temperatura ambiente desciende por debajo de 0ºC, protege al cultivo frente a la helada.
Además, una vez que las partes sensibles a la helada se recubren de agua, mientras continúe el riego antihelada se mantendrán a la temperatura de congelación de 0ºC, superior a la temperatura ambiente, por lo que quedarán protegidas de los daños por la helada.
Durante el riego antihelada, el agua distribuida también aporta calor a la atmósfera cercana debido a su mayor temperatura.
Este riego antiheladas puede llevarse a cabo sobre los árboles o bajo los mismos. En el caso del riego sobre los árboles, el hielo que recubre las plantas las mantiene a 0 °C, pero el cultivo debe soportar las cargas del hielo. Este sistema, entonces, proporciona mayor nivel de protección a un costo razonable. Necesita de un suministro elevado de agua a presión complementario que permita el funcionamiento conjunto de toda la instalación. La tendencia en aspersión antihelada es utilizar microaspersión localizada debido a los grandes caudales necesarios.
En cuanto al riego bajo los árboles, se utiliza para ayudar a liberar calor desde el suelo al congelarse el agua. Con este sistema se suelen utilizar microaspersores o aspersores de ángulo bajo. Este sistema de protección puede ser adecuado si el cultivo sólo necesita un incremento de temperatura de algunos grados procedentes del sistema y éste se utiliza normalmente como sistema de riego.